Apartadas de reclamos publicitarios y de los lanzamientos comerciales de las grandes editoriales, cumplen con la función inestimable de mantener en circulación libros descatalogados, antiguos, ediciones especiales, que de no ser por la existencia de estas librerías, serían muy difíciles de conseguir.

Lugares que huelen a tiempo y a memoria, las librerías de viejo y de lance están llenas de vetustas estanterías atestadas de libros en busca de un dueño.

Esta distinción se debe a que las «librerias de viejo» se ocupan de libros de más de 100 años y las «librerias de lance o fondistas» ofrecen obras de segunda mano. No obstante, hoy en día muchas de estas librerías trabajan con libros antiguos y de ocasión.

La condición que debe cumplir el libro para poder ser vendido como de ocasión es llevar editado dos años como mínimo.

En la actualidad, el gran volumen de publicaciones y la rapidez con que éstas se descatalogan para dejar espacio a otras nuevas, hace que las librerías de viejo cobren relevancia, ya que representan la última oportunidad de adquirir obras relativamente recientes, pero que se encuentran fuera del circuito comercial habitual.

Este sería un buen motivo para volver la vista hacia este tipo de librerías.

En éstas podemos encontrar toda clase de libros, pero sobre todo de literatura, tanto clásica como actual, que es lo que más se vende; libros de historia, de arte, de filosofía, obras en otros idiomas, de temática local, de cocina baratos y sobre el ocultismo, ediciones especiales, libros antiguos e incluso se pueden hallar otros materiales de coleccionistas como revistas, tebeos, discos, pósters, estampas, postales, etc.

Por otro lado, muchos de éstos libreros aceptan encargos de libros o de cualquier otro material según su especialidad.

No podemos hablar de un cliente tipo en cuanto a edad, sexo o condición social, pero sí de un público asiduo, que constituye una clientela estable, entre ellos los coleccionistas y bibliófilos de mediana edad, y los jóvenes, que buscan el ahorro que supone adquirir el libro usado a precio reducido.

En un intento de llegar a un público más amplio, un gran número de libreros participan en la Feria del Libro antiguo y de ocasión para sacar el libro usado a la calle.

La procedencia de sus fondos es diversa: bibliotecas particulares, sobre todo si son grandes, que suelen provenir de herencias o traslados, aunque también se compran libros sueltos; restos de editoriales que, o bien han quebrado o bien son restos de ediciones; distribuidoras, librerías que cierran o libros que las propias librerías de viejo editan.

De entre el material que se les ofrece, el librero selecciona aquello que, según su experiencia, tiene mejor salida comercial.

Acorde con los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías, de 240 librerías que hay en España, 182 de viejo y de ocasión y 41 editoriales se han unido en un proyecto que puede hacer que sobreviva esta tradición literaria: www.iberlibro.com es un escaparate donde ellos cuelgan sus libros de modo que el usuario acceda al material deseado sin necesidad de intermediarios.

En estos momentos hay unos 931.000 libros disponibles.

En dicha página se nos informa de los ejemplares existentes del libro pedido o bien del material que tienen en sus fondos sobre determinado tema o autor.  Cada referencia catalográfica se completa con una descripción del volumen: si está encuadernado en piel, si está subrayado, si tienen oxidación sus hojas…Cualquier dato que permita que el comprador se haga una clara idea de qué es lo que va a comprar. Por supuesto, también se indica el precio.

Gracias a Internet ganan en proximidad a un público amplio, selectivo y fiel. Dado que trabajan con una oferta limitada, con frecuencia se trata de ejemplares únicos; se rompe así la barrera de la distancia entre el usuario y el ejemplar ofrecido, que de otra forma sería difícil poner en contacto.

La red facilita la fluidez en la localización del libro para su adquisición. Es un avance que ha supuesto un aumento considerable en el volumen de ventas, como reconocen los libreros asociados.

Finalmente, mencionaremos que también existen librerías especializadas en libros de antiguo que pueden resultar interesantes. Ahí va el título de dos de ellas: Correo de Bibliófilo y el Anuario Hammurabi.

Una buena librería de viejo tiene ese ambiente de club privado, un lugar sereno y reservado en el que casi nos parece encontrarnos a la vuelta de la siguiente estantería a Pío Baroja, tocado con su boina, hojeando volúmenes en busca de aquellos grabados, que coleccionaba.

Larga y próspera vida al libro.

Librerías de viejo : aquellas grandes olvidadas
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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