La cultura maya, ubicada en México, Bélice y Guatemala, se desarrolló en los dos periodos finales de las cinco etapas históricas de la América precolombina y durante las primeras décadas de la colonización española, hasta la caída de Tayosal, última ciudad maya independiente, en 1697 en manos de las fuerzas hispánicas.

Dichos periodos son el Periodo Clásico (del 292 al 1000 d.C.) y el Postclásico (1000-1492 d.C.). La escritura maya se desarrolló durante las tres etapas ya mencionadas.

Hoy en día, los investigadores presentan diversas teorías sobre el verdadero significado de los glifos (signos) de la escritura maya. Pero nadie sabe lo que, verdaderamente, quieren decir.

Muchas de las inscripciones esculpidas o pintadas se encuentran en diversos soportes, como pueden ser monumentos de piedra, en huesos, jade, madera o en vasijas entre otros.

La visión tradicional de los investigadores ha considerado que la escritura maya expresaba sobre todo cálculos astronómicos, calendáricos, construcciones de carácter astrológico.

No obstante, también aparecen historias, genealogías, textos médicos, tratados sobre plantas, animales y mapas.

Investigadores de la cultura maya

El primero que intentó descifrar esta escritura fue Diego de Landa, el cual dijo que los antiguos libros mayas se desarrollaron a partir de un alfabeto básico de 27 signos. Hoy en día se sabe que esta interpretación es errónea, ya que los glifos mayas se pueden contar por centenares.

Los códices mayas se manufacturaban a partir de la transformación de la corteza de varios árboles en finos pergaminos que, una vez machacados convenientemente, eran tratados con distintas gomas vegetales.

La tecnología empleada era la siguiente: unas piedras de mano, que tenían forma oblonga y en las que se hacía estrías profundas en uno de sus lados más amplios, se emplearon para la transformación de dichas cortezas en delgados pergaminos. La delgada película de corteza de árbol era recubierta con distintas resinas y alcanzaba una longitud superior a los diez metros.

Una vez cortados en la forma deseada, el soporte era tratado con una capa fina de caliza por ambas caras, la cual se fijaba por una goma vegetal. Para finalizar, las dos superficies eran alisadas, y de esta manera, recibían las figuras de dioses, animales, hombres y otros jeroglíficos. Las páginas de cada códice se dividían en secciones horizontales mediante líneas gruesas rojas y eran leídas de izquierda a derecha y de arriba abajo sección por sección.

En la actualidad los códices más conocidos son: el de Dresde, el de Paris (el Peresiano), el de Madrid (Tro-Cortesiano) y de Grolier, exhibido en Nueva York en 1971. Dichos libros fueron reelaborados durante el Postclásico en el área central y Norte del Yucatán. No obstante, han aparecido varios fragmentos de libros en tumbas del periodo clásico; algunos ejemplos de ellos se hallaron en Uaxactún, Altun Ha, Guaytán y El Mirador (Chiapas).

La historia del desciframiento de esta cantidad de jeroglíficos representados en innumerables soportes es sinuosa y está jalonada de intensos serios y científicos junto a otros de carácter fantasioso y poco riguroso.

Los sistemas empleados por los mayas van desde los pictográficos hasta los ideográficos, logográficos, silábicos y alfabéticos. Sin embargo hay una cosa cierta: la escritura se construyó sobre un sistema de glifos individuales, que en ocasiones, se integran en grupos más grandes de semblanza cuadrada u oval, catalogados como signos principales (constituyen los glifos centrales de los textos y son los más grandes en tamaño) y afijos (emplazados junto al jeroglífico principal).

No obstante, dicho sistema parece que no se empleó uniformemente para las tierras bajas mayas, sino que existieron variaciones regionales, lo cual implica una dificultad adicional a la hora de crear modelos que permitan el desciframiento definitivo de su escritura.

El día en el que el misterio de los glifos mayas sea, por fin, desentrañado supondrá un gran avance, ya que una gran cantidad de información sobre la civilización maya quedará revelada y será un triunfo para la cultura universal. Esto podría ayudar en un futuro en el desciframiento de otras escrituras que hoy no entienden como, por ejemplo, los textos íberos.

La escritura maya y su desarrollo histórico
Comparte en:
Etiquetado en:                            

Un pensamiento en “La escritura maya y su desarrollo histórico

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.
Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad
Una mirada al mundo de las bibliotecas