Letra, número o signo que, volado, se usa en matemáticas. Pequeña raya en forma de acento (‘), que se usa en matemáticas: uno para la prima (‘), dos para las segundas (»), tres para las terceras (»’) y el numero IV en romanos voladitos para las cuartas (iv). Lo mismo se hace por abajo, para los subíndices: subprima, subsegunda, etc. Se componen pegadas a las letras o números a que correspondan. Rayita en forma de acento grave (`) o agudo (‘) que se emplea en las expresiones de grados.

Índice digital. Serie de señales en forma de muescas redondeadas que se disponen escalonadamente y de forma visible en el corte delantero de un libro; en ellas se imprime una palabra, letra, etc. para indicar el lugar donde comienza el tratamiento de lo indicado. También se llama índice estriado.

Índice expurgatorio. Catálogo de los libros que se prohibían o sse mandaban corregir por la autoridad eclesiástica.

COMPOSICIÓN DE LOS ÍNDICES

Todas las obras deben llevar índice, al principio o al final, de capítulos o de materias, según la índole del libro, si bien hay algunos, como las novelas, que no es necesario que lo lleven. Su colocación es conveniente disponerla así: en obras literarias, al final; en obras científicas, técnicas e históricas, al principio, generalmente después de los prólogos, o sea inmediatamente antes del cuerpo de la obra: ello por lo que respecta a los de capítulos, puesto que los alfabéticos y cronológicos suelen ir siempre al final de la obra.

DIVISIÓN GENERAL DE LOS ÍNDICES

Los índices se dividen en temáticos o de capítulos, alfabéticos y cronológicos.

1) Índice de capítulos. Son aquellos en que se exponen las materias por el mismo orden en que están en la obra.

2) Índices alfabéticos. Son los que representan, por orden alfabético, los nombres de autores o materias que en la obra se citan.

3) Índices cronológicos. Son los que ofrecen una lista ordenada de las fechas y sucesos que en una obra se contienen; se usan sobre todo en obras de historia.

A. ÍNDICES DE CAPÍTULOS. En esta clase de índices, también llamados temáticos, sumarios o generales, tabla de contenido, contenido, se especifican sólo, por lo general, las grandes divisiones de las obras: partes, capítulos, etc., con los títulos y subtítulos seguidos del número de la página. Comprenden desde la introducción hasta los anexos si los lleva.

Cada índice de capítulos requiere una forma especial de hacerlo, según la clase de obra de que se trate y lo que se desee reflejar en él.

Los epígrafes se alinean por la izquierda y los capítulos, si se ponen con números romanos por la derecha, seguidos de punto y menos o punto y cuadratín.

Las líneas de los epígrafes que doblen no deben rebasar el último de los puntos conductores, y al volver se componen entrados a párrafo francés.

Si en el índice se incluye el sumario de los capítulos se compone éste de tipo más pequeño, al menos dos puntos, y si además incluye párrafos y apartados, se les dará el blanco de sangría correspondiente.

La palabra página suele ponerse a la cabeza de la columna de los folios, o a continuación de la primera línea del cuerpo del índice, sustituida en las siguientes por un menos, pero lo más aconsejable es suprimirla, puesto que se sobreentiende.

En cuanto a la voz capítulo, puede ponerse sobre la columna de los capítulos, o al costado, comenzando línea y sustituida en las siguientes por un menos, pero también se puede suprimir.

B. ÍNDICES ALFABÉTICOS. Son los que se confeccionan poniendo sus términos por orden alfabético. Pueden ser de nombres o de materias.

ÍNDICE DE NOMBRES. También llamado índice onomástico, se usa en obras históricas, científicas, etc., en que se trate un tema con abundancia de nombres de personas, de obras creadas, etc. Existen también varias formas de redactarlos; algunos hacen un apartado solo para los nombres de personas, otro para los de obras o lugares, etc. Es preferible la forma más usada hoy día, esto es, hacerlos constar todos juntos, poniendo unos a continuación de otros según su orden alfabético, pero distinguiéndolo en la forma tipográfica. Así, los nombres de personas, según la costumbre generalmente admitida, se componen de versalitas; las obras creadas (títulos de libros, revistas, diarios, obras musicales, escrituras, cuadros, etc.) de cursiva, y cualquier otra clase de nombres no clasificables (mitológicos, de animales, etc.) de redondo.

En el índice de nombres entran todos los mencionados en el cuerpo de la obra, más los del prólogo, notas, citas, pies de grabados y figuras, apéndices, etc.

1) Particularidades de los índices onomásticos. Se deben tener en cuenta las siguientes normas en la redacción de estos índices:

a) Alfabetización de nombres de personas. Se alfabetizan así: españoles, hispanoamericanos y demás países en que el primer apellido se hereda del padre y el segundo de la madre: por el primer apellido, seguido del segundo si lo hay, y el nombre propio; portugueses, anglosajones, rusos y demás países donde el primer apellido se hereda de la madre y el segundo de padre: por el segundo apellido, seguido del nombre propio y el primero, si lo hay; franceses y demás países donde sólo se hereda el apellido del padre: por el apellido, seguido del nombre; árabes, judíos. chinos, hindúes y demás pueblos cuyos nombres y apellidos son dificiles de distinguir: cuando se conozcan los apellidos, se alfabetizan por ésto; cuando no sea posible distinguir, por aquella partícula del nombre con que sean más conocidos o como aparezcan más veces en el texto.

Hay las siguientes excepciones:

a) Nombres de santos. Se alfabetizan por el nombre, posponiéndole tras coma (y de redondo), el adjetivo San, Santo, Santa, Beato, etc.; esto, aun en el caso de que el nombre le siga un apellido: José Oriol, San; Francisco de Paula, San; Tomás de Aquino, Santo, etc.

b) Nombres de reyes, emperadores y papas. Los nombres de reyes, emperadores y papas se alfabetizan por el nombre propio. Si se trata de soberanos de varias nacionalidades, es conveniente añadir de dónde son o fueron reyes. Ej. Enrique IV de Francia, 28-34, 45, 68

Cuando se den varios nombres iguales pero de distinta numeración, se disponen ordinariamente (I, II, III, etc.), prescindiendo en este caso de los sobrenombres que no se tienen en cuenta en la alfabetización. Ej. Fernando II, 25, 27, 31 ; Fernando III el Santo, 67, 79, 81

Los sobrenombres de reyes y emperadores se alfabetizan por el nombre. Ej. Alejandro Magno, 110, 125, 156

Pero no se hace así con aquellos que sean más conocidos por su apellido como sucede, por ejemplo, con Julio César.

Cuando en una obra se menciona a un personaje por un apelativo especial, la referencia en e índice se hace a su apellido; por ejemplo, si en el texto se habla del Hijo del Trueno, la referencia se hace a Santiago; sin embargo, a veces el sobrenombre es más conocido que el nombre; entonces se consigna aquél, remitiendo a éste. Ej. Empecinado, El. V. Martín Díez, Juan

En las obras históricas en que un príncipe llega después a un rey o emperador, la referencia se hace a su nombre como rey o emperador.

En los casos en que el personaje es el biografiado, pueden tomarse dos decisiones: no incluirlo en el índice, puesto que prácticamente aparece en todas las páginas, o hacerle un apartado especial en el que, a continuación del nombre, se ponen solamente los acontecimientos más sobresalientes de su vida: nacimiento, educación, juventud, casamiento, hechos importantes en los que participó, muerte, etc.

c) Casos especiales. Hay nombres históricos que ofrecen ciertas dificultades para su alfabetización; por ejemplo, nombres como Van Gogh, De Gaulle, etc. Redactamente deberían alfabetizarse así: Gogh, Van; Gaulle, De. Sin embargo, no es probable que la mayoría de los lectores busquen así estos nombres: la solución, pues, está en consignarlos dos veces, la primera de ellas en su forma normal: De Gaulle, Van Gogh, remitiendo en cada caso a la forma en que en realidad deben escribirse

d) Alfabetización de nombres geográficos. En la alfabetización de nombres geográficos los artículos que acompañan a algunos nombres de pueblos y ciudades van pospuestos y de redondo, tras coma. Ej. Coruña, La

e) Alfabetización de obras creadas. Se suelen alfabetizar tal cual es su título, sean literarias o artísticas. Ej. El pensador.

f) Alfabetización de seudónimos. Los artículos se posponen, pero si constan de dos partes se ponen éstas tal cual, siempre remitiendo a su verdadero nombre. Ej. ARGENTINA, LA. V. Mercé, Antonia. Sin embargo, si el seudónimo es un nombre, se alfabetiza como un nombre normal, pero remitiendo, siempre que sea posible, al suyo verdadero. Ej. ALVEAR, Rafael. V. Labra, Rafael.

ÍNDICE DE MATERIAS. El índice de materias es una relación alfabéticas de las materias y sus derivados que aparecen en una obra, a fin de que el lector interesado pueda hallar con facilidad las páginas en que se tratan. También se le suele llamar índice analítico. Es el más laborioso por lo entretenido.

C. ÍNDICES CRONOLÓGICOS. En este tipo de índices, que se prodigan muy poco, se componen primero las fechas, lo que se hará en columna, y a continuación los epígrafes, que se alinearán a la izquierda.

FORMAS DE HACER UN ÍNDICE

1) Índice de capítulos. No ofrecen problemas, pues se trata sólo de poner el número del capítulo, su título, subtítulo o sumario si lo hay, y la página. Su confección será simple o compleja según el tipo de índice.

2) Índice onomástico. Sobre las pruebas definitivas se procede a subrayar, con color distinto del empleado en la corrección, los nombres que nos interesen; una vez hecho esto se saca cada nombre a una fichita de papel; en cada fichita se especifica el detalle copiado y la página en que se encuentra; se ponen las fichas por orden alfabético y se procede a eliminar todos los nombres repetidos, pasando el número de página a una sola de ellas, que será la primera, o sea aquella cuyo número de página sea el más bajo.

Seguidamente cabe hacer dos cosas: juntarlas todas y darlas así a la imprenta o bien pasarlas a máquina nuevamente en folios y entregarlos una vez repasados.

En cuanto a los números de páginas, las que no sean correlativas se separan con coma, pero si hay varias que van seguidas se eliminan las intermedias y se pone sólo la primera y la última, unidas por guión.

3) Índice de materias. Como en el tipo de índice anterior, en éste intervienen también las fichitas; en ellas se apuntan dos cosas: el concepto general y el derivado.

Como es lógico, esta clase de índices se hacen muy entretenidos y requieren mucho tiempo y escrupulosidad.

Una vez tomadas todas las voces y sus complementos, se colocan por grupos atendiendo a la primera voz; cada uno de estos grupos se pone por orden alfabético, se elimina la primera voz y ya se puede poner en limpio.

En estos casos, las palabras que se repiten unas debajo de otras se sustituyen por el signo menos a partir de la segunda, pero no se sustituyen ni se consignan las partículas menores comprendidas por las palabras sustituidas. Tales partículas también se tienen en cuenta en la alfabetización.

Cuando en este tipo de índices se incluyen los onomásticos, así como nombres de obras creadas, cada nombre se escribe con la grafía tipográfica que le corresponda; o sea, los nombres de personas, versalitas; los de obras creadas, de cursiva; los de temas o materias, con minúscula y redondo.

El índice: su composición y las formas de crearlo
Comparte en:
Etiquetado en:                

2 pensamientos en “El índice: su composición y las formas de crearlo

  • 12/11/2019 a las 17:57
    Enlace permanente

    La mayoria de los lenguajes de programacion disponen de algun tipo de biblioteca o mecanismo que permita el uso de estructuras de datos en los programas. Los lenguajes modernos por lo general vienen con bibliotecas estandar que implementan las estructuras de datos mas comunes. Ejemplos de ello son la biblioteca Standard Template Library de C++, las colecciones de Java

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.
Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad
Una mirada al mundo de las bibliotecas