¿Quién es Gonzalo Crespí de Valldaura? Soy una persona de casi 79 años que he tenido la suerte de poderme ocupar de una gran variedad de temas distintos. Después de unos insuficientes estudios de Económicas, empecé a trabajar en los años 60 en una agencia de publicidad americana lo que me permitió un primer contacto laboral con el mundo anglosajón y también con buena parte del resto de Europa. Gracias a ello pude familiarizarme con un mundo más moderno y prepararme para una nueva realidad que se acercaba inexorablemente.

Como es bien sabido las mujeres son la perdición de los hombres, a mediados de los años 70, mi mujer, empezó a estudiar Filología Hispánica en la UNED, lo que me produjo tal envidia que al año siguiente seguí sus pasos y me matriculé en Historia.

Nunca agradeceré lo suficiente a esa Universidad su excelente organización y la calidad de sus enseñanzas, que completé muchos años más tarde con el doctorado.

En 1981 otro golpe de suerte me llevó a convertirme en el primer presidente de Ayuda en Acción, ONG que, como objetivo primero, ayuda a la infancia en el Tercer Mundo.

Como yo pagaba mis viajes era libre como el viento para visitar proyectos en los más diversos lugares de Asia, África y América, cada viaje era como una inyección de entusiasmo y también de optimismo causado por el excelente trabajo que se llevaba a cabo y también por los grandes resultados que se obtenían.

A nivel personal, al tener la oportunidad de estudiar de cerca otras realidades tan fundamentalmente distintas mi vida quedó enormemente enriquecida y nunca podré mostrar suficiente gratitud a las personas que lo hicieron posible.

El año 2003 dejé Ayuda en Acción, porque más de 20 años soportándome como presidente era más de lo que se podía exigir a ninguna organización por caritativa que esta fuese, y tuve el honor de ser elegido presidente de la Asamblea Española de la Orden de Malta. Aparentemente, las dos organizaciones se parecían pero existían unas diferencias enormes entre ambas, en primer lugar la Asamblea Española se ocupa prioritariamente en atender a pobres, niños y enfermos en España, y aunque la Orden trabaja en muchos lugares del Tercer Mundo, el apoyo de la Asamblea Española a estos proyectos en el extranjero es fundamentalmente económico.

Otro aspecto que diferencia ambas organizaciones es el hecho de que la primera se basa sobre todo en trabajo de profesionales mientras que la Orden de Malta debe basar su trabajo caritativo en sus propios caballeros, damas y voluntarios. En ambos casos estoy enormemente agradecido a todos cuantos a través de más de treinta años han trabajado conmigo en ese necesario pero también gratificante esfuerzo de ayudar a quienes lo necesitan.

El año 2013 me llego el momento de retirarme, aunque no totalmente porque aún me quedan intereses que atender, al tiempo que contemplo con un cierto asombro la variedad de campos en que he tenido que estar activo, las ONGes y la publicidad arriba descritas, pero también en el mundo inmobiliario, la agricultura, la ganadería, la exportación e importación, el márketing, el mundo de la bibliofilia, etc.

Se me olvidaba decir que soy el orgulloso padre de cinco hijos y abuelo de catorce nietos, que contribuyen enormemente a hacer más grato mi retiro.

¿Qué significa para usted llevar el título nobiliario de Conde de Orgaz? Desde luego un gran honor, pero también una responsabilidad por tener que mantener la dignidad de un nombre que han llevado mis antepasados durante casi 800 años, me refiero al Señorío ya que en cuanto al Condado no ha cumplido aún los 500, Carlos I nombró conde a mi antepasado Álvar Pérez de Guzmán en 1520, justo antes de embarcarse hacia Alemania para ser nombrado Emperador.

Evidentemente el papel de un título nobiliario en el siglo XXI es totalmente diferente del que fue en siglos pasados pero eso no es óbice para que no implique una responsabilidad con la Sociedad que, generalmente, nos ha bridado unas mayores facilidades desde el punto de vista económico, social y, sobre todo, haciéndonos disfrutar de un acceso a la educación que personas más desfavorecidas no han podido tener. Por ello creo que estamos muy obligados a devolver a la Sociedad todo lo que podamos de las ventajas recibidas.

¿Sientes una especial predilección por el mundo de las letras, libros, etc.? Evidentemente, sería bastante extraordinario que un doctor en Historia no sintiese una marcada predilección por el mundo de las letras pero he de reconocer que esa predilección está limitada por mi insuficiente sensibilidad a la belleza de la palabra, menos mal que esa limitación esta compensada por la cercanía de mi mujer que suple con creces esa minusvalía mía.

Necesariamente, mis lecturas predilectas son libros de Historia y Economía, aunque también leo novela y en muy pocas ocasiones poesía. Busco la belleza en el mundo de la pintura y la escultura, además de mi afición por la música y, en especial, por la Ópera.

¿Qué piensa de la importancia que se le da a los escritores y a los libros hoy en día y a la cultura en general? En un mundo cambiante, cambiante a un ritmo que jamás se había conocido anteriormente, la importancia otorgada a la cultura, a los escritores y a sus obras es totalmente distinto del que conocimos hace solamente unas pocas décadas. La irrupción de los medios de comunicación social en todos los estratos de la sociedad hace que en estos momentos pueda alcanzarse una notoriedad en un tiempo brevísimo y que también en un tiempo igualmente breve nos olvidemos de los que habían sido nuestros héroes el mes pasado.

Esta circunstancia ha traído consigo una banalización que encumbra falsos valores con la misma facilidad con que los olvida. En mi opinión los medios deben ser muy cuidadosos al utilizar su enorme poder y comprender la responsabilidad que ese mismo poder conlleva.

¿Piensa que está menospreciado el trabajo relacionado con las profesiones de la cultura? Yo creo que más que un problema de menosprecio lo que ha cambiado es el objeto de nuestro aprecio. En cierto modo, lo que está ocurriendo en el mundo del Arte es que, en algunas ocasiones, la forma de conseguir notoriedad para una persona se basa más en su capacidad de comunicar que en su calidad como artista, por eso puede ocurrir que su valoración no responda a cualidades intrínsecas de la persona o su obra sino más bien a una capacidad de comunicar al gran público que encumbra con la misma facilidad que olvida. Aunque como contrapartida hace algunos años sólo unos pocos hubieran podido apreciar obras de enorme valor que hoy en día están al alcance de todos.

¿Cree que la sociedad debería concienciarse más en la importancia de estos centros? Es fundamental que la sociedad se conciencie más y más sobre la importancia de los centros donde se conserva y también se difunde la cultura. Como vicepresidente de la Fundación de Amigos de la Biblioteca Nacional estoy asistiendo al esfuerzo de esta institución por abrirse cada día más, no sólo al aprecio, sino también a la participación en los eventos que organiza dirigidos al público. Gracias a lo cual cada día hay más personas que asisten a un número creciente de actos, conferencias y exposiciones.

Este esfuerzo de nuestras grandes instituciones culturales está consiguiendo que el hecho cultural esté cada día más cerca de los españoles y, desde hace ya unos años, aumente el número de actos a los que acuden multitud de personas. En este esfuerzo contribuyen tanto grandes empresas y patrocinadores de todo tipo sino también tantos voluntarios que con su trabajo colaboran al éxito de estas iniciativas. Yo creo que aquella vieja separación de la España Real y la España Oficial ha pasado a la historia y que hoy todos juntos formamos y nos sentimos parte de una gran empresa que es España.

¿Prefiere leer libro en papel o e-book? Sin duda en papel, ten en cuenta que como bibliófilo, fui presidente de la Asociación Internacional de Bibliofilia, para mí sería un pecado imperdonable preferir un libro electrónico a un libro impreso con bellos caracteres en un buen papel, con grandes ilustraciones y protegido por una maravillosa encuadernación, pero he de reconocer que el pequeño tamaño y su capacidad de almacenar biblioteca enteras en un formato tan pequeño hacen imprescindible el e-book en determinadas circunstancias. Por ejemplo, yo estoy releyendo el Quijote en ese formato, ¿cómo si no podría leerlo en la parada de autobús, la estación de metro, el aeropuerto y los medios de transporte correspondientes?

En conclusión, me parece que enfrentar el papel a la electrónica no tiene sentido, ambos medios son perfectamente complementarios y una labor de investigación y también de disfrute de la palabra impresa no se concebiría hoy en día sin poder contar con ambos.

¿Qué opinión lee merecen los archivos y las bibliotecas? Son los centros de cultura imprescindibles, internet y Wikipedia pueden contener toda la información que se desee, pero sólo el contacto directo con el libro o el documento pueden proporcionar un conocimiento completo de su contenido.

Si tuviera que recomendar un libro, ¿cuál sería? Recomendar un libro es una responsabilidad que no puedo asumir, depende tanto de la persona a quien se lo recomiendes de su circunstancia, su edad, sus estudios, sus intereses…

No conozco placer mayor que meterse en la cama con un novelón y no tener que despertarse pronto al día siguiente, o sumergirte en un libro lleno de los datos que necesitas cuando estás sumido en una investigación, o disfrutar de la prosa o la poesía en un lugar placentero, pero si cambiamos las circunstancias el novelón se convertirá en un peso insoportable si tenemos que acarrearlo, los datos obtenidos serán inútiles y frustrantes si no tienes la posibilidad de evaluarlos y utilizarlos, y la bella prosa o la poesía se convertirán en un suplicio si estás sometido a una atmósfera enervante.

Siempre he sido bastante ecléctico en mis lecturas y he disfrutado con el mismo placer del Quijote, el Señor de los anillos, España, un enigma histórico, la poesía y el teatro de Lope y un larguísimo etcétera de tantos libros que he disfrutado durante mi ya larga existencia, por no hablar del placer de releer aquellos cuya lectura me hubiese causado mayor placer y que se adaptasen mejor a un momento determinado de mi vida.

¿El legado de los Condes de Orgaz está custodiado en algún lugar? Sí, el Archivo lo tenemos en nuestra casa de Ávila.

Antiguamente estaba distribuido en las distintas administraciones de los bienes de mi familia repartidos por las cuatro esquinas de nuestra Península, incluso más allá por las propiedades que tenían en Cerdeña. Pero la pérdida de gran parte de las mismas durante el siglo XIX y la racionalización de la administración, llevaron a concentrar el Archivo en Madrid, donde yo lo mantuve, hasta que a mediados de los años 80, cuando mi mujer y yo pensamos que estaría mejor ubicado en Ávila donde podíamos disponer de mucho más espacio y donde la sequedad y el frío que son dos de los mejores conservadores de documentos que se conocen ayudarían a conservarlo. Por otra parte la mejora de las comunicaciones hace que esté al alcance de cualquier investigador que precise consultarlo.

La biblioteca la tenemos repartida entre Madrid y Ávila, pero querría aclarar que aunque heredamos una gran cantidad de libros, mi mujer y yo la hemos enriquecido notablemente, tanto en literatura del siglo XVI y contemporánea, en historia, en libros ilustrados del siglo XIX, góticos castellanos, encuadernaciones… Mi mujer y yo hemos disfrutado enormemente en esa labor y a mi mujer se le debe también una ordenación de los libros, sin la que la biblioteca perdería gran parte de su utilidad.

¿Alguna persona que admire dentro del mundo de las letras, bibliotecas, archivos, etc.? Hay tantos literatos y estudiosos a los que admiro que su enumeración resultaría tediosa, pero a modo de ejemplo Cervantes, Lope, San Juan de la Cruz, Machado… pero también Sánchez de Albornoz, Menéndez Pidal, Toynbee, Elliot…

¿Cree que han cobrado importancia las redes sociales en relación con la transmisión de la cultura? Las redes sociales no pertenecen a mi generación; ni las utilizo ni las entiendo y para decir la verdad me producen una cierta preocupación, creo que deberían estar un poco más reguladas porque, en ocasiones, parece que se utilizan para fines perversos.

En muchas ocasiones vemos como las redes sociales son utilizadas para fines políticos o para crear una agitación social con el riesgo de que puedan acarrear graves consecuencias a nuestra Sociedad, pero al mismo tiempo tenemos ejemplos, como Alquibla, en que las redes sociales se convierten en un gran medio de difusión de la cultura.

Entrevista a Gonzalo Crespí de Valldaura, Conde de Orgaz, bibliófilo
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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