El alejamiento de las rutas de navegación y pobreza minera del territorio mantuvieron a la futura Argentina en una situación subsidiaria y marginal dentro del marco de la vida colonial. Sin ninguna tradición cultural indígena de importancia, sin más núcleos de población que Córdoba y Buenos Aires, son escasas las aportaciones artísticas de esta región hasta bien entrado el siglo XVIII.

Solamente a finales del siglo XVIII, la creación del virreinato de la Plata y afortunada gestión del virrey Juan José Vértiz impulsan cierta actividad literaria y un irreversible proceso de conciencia histórica en la sociedad rioplatense. De entonces data tanto la creación del primer periódico, el Telégrafo Mercantil (1801), como la fundación en Buenos Aires de la imprenta llamada de “Niños expósitos” o la instalación en esta misma ciudad de la universidad (1821), secularizada a pesar de la oposición de los franciscanos. Reflejo de estas inquietudes ilustradas es la personalidad de Manuel José de Labardén, cuya Oda al Paraná le coloca en la línea de la poesía descriptiva neoclásica y cuya tragedia Siripo (1789) proporcionará inspiración a muchos escritores posteriores. Literatura argentina

El gran cantor de la independencia argentina es todavía el neoclásico Juan Cruz Varela, al que, junto con el ecuatoriano Olmedo, podemos colocar en la escuela de M.J. Quintana. Varela fue el poeta de aquellos días inciertos y heroicos: la batalla de Maipú, la muerte del general Belgrano, la posterior victoria de Ituzaingó obtenida contra los brasileños, etc.

Pronto este hecho se transformará en un determinante de la vida intelectual argentina y acabará por forzar al exilio a todos los escritores importantes. La generación de proscritos da los primeros nombres ilustres a la literatura argentina: aparte de Echevarría, autor en el destierro del cuento El matadero, simbólico y cruel, encontramos a Juan María Gutiérrez, poeta y autor de la primera antología lírica del continente con el título América poética. La figura más importante del exilio es Domingo Faustino Sarmiento, adalid del romanticismo en Chile y escritor que hizo un problema personal de la historia de su país y de Argentina un campo de lucha entre civilización y barbarie.

En esta época la prosa política empieza siendo representada por la camarilla de revolucionarios que se forma en la Universidad de Charcas todavía en los años de la colonia. Destacan dentro de esta primera generación Mariano Moreno, Juan Ignacio Gorroti, Bernardo Monteagudo y Juan Crisóstomo Lafinur.

Paralelamente a las dos promociones románticas se desarrolla la poesía narrativa gauchesca, creación literaria que describe en su propio lenguaje, la vida del gaucho, pastor nómada y caballista de las grandes llanuras de la Pampa. Esta poesía empieza siendo sátira política.  La obra maestra de esta poesía no surge de la nostalgia rural sino que será una estremecedora denuncia de la condición real de gaucho sometido a crueles levas militares y progresivamente arrinconado a las tierras más hostiles de la nación.

La reorganización de la vida argentina tras la caída de Rosas deja asentado el predominio de la burguesía mercantil y liberal de Buenos Aires sobre los medios rurales. De otra parte la expansión militar y económica va creando una riqueza que revierte incansablemente sobre el capital.

La novela entra por caminos naturalistas con Eugenio CAmbacéres, Julián Martel, Segundo Villafañe y Carlos María Ocantos, que señalan hitos de emancipación de la oligarquía burguesa de 1880. Sin embargo, la denuncia más violenta había de proceder del dramaturgo Florencio Sánchez creador de un violento drama en el que es palmaria la influencia del teatro naturalista de Ibsen. Sus mejores obras son de ambiente rural

Los primeros años del siglo XX son triunfantes para Argentina. Pese al repliegue crítico constituido por Sánchez, Payró o Ingenieros, el optimismo invade la vida del país: son los años de recepción de grandes corrientes migratorias, de expansión económica y de estabilidad política basada en los sucesivos gobiernos del partido radical. En cierta medida, la difusión del tango y sus temas es el síntoma de una reacción contra el modernismo. Se ahonda más en lo cotidiano, la expresión poética desarrolla las formas coloquiales y sencillas que el modernismo había representado en muchos casos, lo personal y autobiográfico ocupa la plaza de tanto nocturno posromántico y tanta escenografía sentimental.

La incorporación de la literatura argentina al vanguardismo es obra de la generación nacida en los años próximos a 1900. De una parte, su labor es todavía nacionalista en la exaltación del barrio y sus figuras, o en la mitificación del tema pampeano: no se olvide que en 1926 es el año de publicación de Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes, auténtico adiós nostálgico a un mundo bravío y fiel. De otro lado, la renovación decidida de la lengua poética, la exaltación de la metáfora y del arte deshumanizado.

La crisis económica de los años 30 y los avatares políticos que concluirán en la toma del poder por J.D. Perón marcan el desarrollo de las nuevas promociones literarias. La llegada de intelectuales españoles exiliados a raíz de la guerra civil en su país y el insólito auge editorial impulsan el cultivo de la literatura.

En poesía aparece una generación de transición que tiene por representantes a Enrique Molina, Vicente Barbieri y Jorge Vocos Lescano.

En la novela y el cuento se han dejado sentir las influencias de Arlt, Borges y Marechal junto a la marcada tendencia introspectiva de Eduardo Mallea.

Pese a la crónica inestabilidad sociopolítica del país y el quebrantamiento progresivo de las viejas estructuras literarias radicadas en Buenos Aires, el proceso de las letras es extraordinariamente vivaz en uno de los países cuyo índice de consumo de papel por habitante es de los más altos del mundo.

Literatura argentina
Comparte en:
Etiquetado en:        

Un pensamiento en “Literatura argentina

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.
Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad
Una mirada al mundo de las bibliotecas