Hoy entrevisto a Miguel Ángel Lozano Marco un hombre alicantino, catedrático en la Universidad de Alicante de Literatura Española. ¿Quién es Miguel Ángel Lozano Marco? Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante, ciudad en la que nací en 1948. Estoy casado y tengo dos hijos. Soy persona de vida familiar. Amante de la música y del cine. Hacia 1968 fui crítico de cine en el efímero diario Primera Página y participé en la fundación de algunos cine-clubs. Ahora soy solo espectador y no suelo acudir con frecuencia a las salas. El mejor cine lo veo en DVD, etc…

¿Desde qué momento supo que se quería dedicar a la enseñanza y más en concreto sobre la literatura española contemporánea? Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX. Entrevista a Miguel Ángel Lozano Marco, catedrático de Literatura Española

No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.

¿Qué tipo de estudios ha publicado? Me han interesado esos cincuenta años que van desde 1880 hasta 1930: desde la crisis del naturalismo hasta la de las vanguardias. Es una gran época no siempre bien atendida, y entendida. He querido propiciar una visión más estimulante del Modernismo (siguiendo a Juan Ramón Jiménez y a Ricardo Gullón), prescindiendo del criterio generacional, obsoleto e ineficaz, y dando protagonismo a lo que llamo el “espíritu simbolista”, común con Europa. Así, por ejemplo, he ido estudiando la obra de Azorín a largo de bastantes años. Un resumen de todo ello (Simbolismo, Schopenhauer, relación pintura-literatura, Azorín…) se puede encontrar en mi libro Imágenes del pesimismo. Literatura y Arte en España (1898-1930). Con esos criterios llevé a cabo la coordinación de los tres volúmenes de las Obras escogidas de Azorín y de la edición, en dos tomos, de sus Novelas.

El primer libro que publiqué fue el resultado de mi tesis doctoral: Del relato modernista a la novela poemática: La narrativa breve de Ramón Pérez de Ayala, que fue Premio Fastenrath de la Real Academia Española. Algunos artículos y ediciones (como la de Tigre Juan con El curandero de su honra) continuaron y completaron el contenido del libro.

He publicado trabajos sobre autores, géneros y temas que he frecuentado con interés: Leopoldo Alas, Unamuno, la novela corta, la España negra, el topos simbolista de la ciudad muerta…; trabajos académicos que se encuentran en revistas, libros en colaboración, actas de congresos… Pero el escritor que, para mí, ha sobresalido entre todos es Gabriel Miró. A él me he venido dedicando, de manera intermitente, desde 1978, el año del centenario de su nacimiento. He publicado artículos y ediciones (de sus novelas cortas, de Las cerezas del cementerio y de la gran novela sobre Oleza); he participado en la organización de un par de Simposios (el de 1997 fue excepcional; sus actas recogen el mejor conjunto de estudios sobre el escritor), y he llevado a cabo el trabajo del que estoy más orgulloso: la edición de sus Obras completas en tres volúmenes, con amplios estudios introductorios y abundante biblografía. Mi labor más eficaz, en este sentido: la dirección de la Biblioteca de Autor dedicada a él en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes; aquí está a disposición de todo el mundo su obra completa, en textos cuidados, y una selección de estudios.

¿Que nos podría contar de su paso por el Instituto Juan Gil-Albert de Alicante? Fui director de Canelobre durante diez años: los últimos del siglo XX. La experiencia fue estimulante y enriquecedora: ahí quedan una sucesión de tomos en los que se trata de asuntos de interés que sobreviven al momento de su publicación. Estoy contento de casi todos ellos, pero personalmente prefiero uno, que sigo hojeando y deteniéndome en algunos fragmentos: el dedicado al cine en Alicante.

¿Qué es para usted Gabriel Miró? ¿Piensa que se le da reconocimiento en la ciudad que le vio nacer? Me parece uno de los grandes escritores de la literatura en lengua española. Un escritor nada fácil, aunque solo sea necesario para su lectura tener un mínimo de sensibilidad literaria. Sus obras no son “para pasar el rato”; nos afectan profundamente. Son obras para releer, inagotables, en las que siempre encontramos la frescura de la primera vez, el asombro ante lo conseguido y el estímulo ante lo insinuado. Quien es lector de Miró, siempre lo tiene en un lugar especial de su intimidad. Es un escritor con una estética personal muy compleja, a la altura de la que encontramos en las mejores creaciones de la Europa de su tiempo, y esto pocas veces se tiene en cuenta.

En su ciudad se le conoce poco. Tiene una hermosa plaza, tal vez la más bella de Alicante, presidida por su busto en mármol; encontramos lápidas en algunos lugares de la ciudad: en su casa natal (calle de Castaños) y en las fachadas actuales donde estuvo el edificio que habitó; pero falta el conocimiento de su obra. Años y leguas es un libro que un alicantino debería frecuentar. Es uno de los libros más bellos que he leído.

¿Qué opina de la Casa Museo dedicada a Gabriel Miró ubicada en Polop? ¿Necesitaría mejoras o cree que Alicante debería contribuir a completar los fondos que alberga para dar difusión a la obra del insigne escritor? La visita que hice a la Casa Museo, en Polop, ha sido una de las grandes sorpresas. Es magnífica, cuidadísima, montada con un gusto exquisito, pensada y dispuesta con conciencia de lo que se hace, y con verdadero amor. Cuando entré allí, me contagié del ambiente conseguido. Todo lector de Miró, estoy seguro, sentirá allí una especial emoción; y quien no lo haya leído, tendrá interés en hacerlo. La existencia de ese Museo honra a Polop y a aquellos que han trabajado para conseguirlo. Lo más necesario: aumentar la biblioteca.

El cementerio literario es otro gran logro: hay allí detalles esenciales que recuerdan pasajes de “Huerto de cruces”, y es, además, una verdadera obra de arte.

¿Qué es para usted la literatura? En 1988 publiqué un libro en el que recogía trabajos míos sobre autores predilectos; lo titulé La literatura como intensidad. Creo que este es un término adecuado para dar respuesta a su pregunta.

¿Qué es lo más difícil de la educación hoy en día?, En un sentido general, la dificultad que veo en los jóvenes para mantener una lectura prolongada. Los hábitos cotidianos conducen hacia textos cortos y no muy complejos, más bien de tono referencial; y la literatura es forma: una forma que va generando nuevos sentidos a lo largo del tiempo. Además, también todo se ha convertido en algo efímero; la memoria se ha hecho muy corta: casi todo se olvida en pocos años, y la literatura es la palabra creada para pervivir, para -en cierto modo- vencer al tiempo, para ser recordada. Esto que he dicho afecta a la generalidad; siempre hay casos particulares, que son los que aseguran la continuidad cultural.

¿Tiene proyectos futuros en marcha? Llevo tiempo trabajando sobre Años y leguas. Es un texto muy complejo, con mucha referencia implícita que hay que ir detectando y comentando. Eso enriquecerá el conocimiento de su contenido y de sus sentidos (que no es uno, sino diversos). Espero concluir un trabajo sobre Sigüenza y su libro culminante.

Como he dicho alguna vez, Años y leguas es un libro que merece un Congreso para él solo; necesita ser estudiado desde diferentes perspectivas y con procedimientos diversos. Me gustaría que se celebrara una especie de Tercer Simposio mironiano con este tema, a desarrollar entre Alicante y Polop. Espero que este deseo pueda lograrse.

¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España? Tenemos una de las grandes tradiciones culturales del mundo, y no hemos sabido estar a su altura. Por regla general, se entiende la cultura como un adorno, un “complemento”, cuando es esencia y médula de la vida. Si España tiene un lugar destacado entre las naciones del mundo, lo es por su tradición cultural.

¿Prefiere leer en papel o e-book? En las dos formas leo bien, pero me oriento mejor en el libro.

¿Alguna anécdota que contar? En mi vida como profesor he tenido sucesos curiosos. Recuerdo uno en especial. Hace años, comenté en clase -como se suele hacer cuando llega la ocasión- el capítulo IX del Quijote, resaltando el momento en el que el narrador, convertido en personaje principal, encuentra en el mercadillo de Toledo, en el puesto de un sedero, el manuscrito en árabe de la Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo; todos sabemos que, gracias a la ayuda de un morisco aljamiado, a quien contrata como traductor, puede el narrador continuar con su libro. Después de la clase se presentó en mi despacho un alumno del programa Erasmus, mostrando vivos deseos de leer la historia original, y me preguntó sobre cómo poder hacerlo. Tuve que simplificar mucho la respuesta y decirle que aquello no era más que una broma de Cervantes.

¿Qué piensa de las nuevas tecnologías y las redes sociales aplicadas a la cultura? No puedo tener más que pensamientos positivos. Han sido de gran ayuda. Son medios muy valiosos, y como tal hay que valorarlos: son medios, no fines.

¿Qué opinión le merece Alquibla, https://www.alquiblaweb.com, como página de difusión de la cultura? Mi opinión no puede ser mejor. Llegué a ella en una de esas navegaciones por la red, persiguiendo asuntos de mi interés; y en ella me quedé, indagando en su contenido. Me llamó la atención su formato atractivo, su diseño, y de ahí pasé a los contenidos. Desde entonces, la frecuento.

Algo que añadir…. Ánimo y adelante. Esta es una labor interminable, en la que ponemos nuestro empeño, Aquí nada es frívolo ni superficial: todo va en serio y hasta las últimas consecuencias. No puede ser de otro modo: es lo propio de la intensidad.

 

Miguel Ángel Lozano Marco catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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