Primera letra de cada palabra, verso, capítulo, etc. En algunas obras suelen distinguirse las de los capítulos y para ello pueden disponerse de dos formas: dentro del texto, por medio de una arracada o fuera de él, parangonada por abajo con la primera línea del texto. El tipo de las iniciales debe corresponder con el empleado en el texto, de modo que no difieran notablemente.

CLASES DE INICIALES

  • Las que carecen de adornos.
  • Las que llevan adornos. Según sean éstos, se llaman:
    • Si el dibujo representa flores
    • De figura. Si sus motivos reproducen animales, figuras mitológicas, etc.
    • Si llevan en su dibujo un paisaje, escena al aire libre, etc.

COLOCACION DE INICIALES

Ante todo, es menester dejar en el texto un espacio en blanco (arracada) para que la inicial pueda acoplarse. Esta arracada será más o menos amplia según sea el grosor de la inicial, que debe ir lo más pegada posible al resto de la palabra, este resto de palabra se compone de versalitas, o, si no es posible, de versales del mismo tipo y cuerpo que el texto. Si la palabra inicial es doble (del tipo de Tirso de Molina, Palma de Mallorca, etc.) se pone todo el nombre de versalitas o versales.

Los signos de interrogación, admiración, comillas o menos ( – ) correspondientes a una frase con letra inicial se suprimen y se deja solo el signo de cierre donde corresponda. Algunos parecen resistirse a poner en práctica esta norma que obedece a dos motivos: primero, porque la letra inicial debe siempre hacer caja por la izquierda con el resto de las líneas del texto, esto es, debe alinearse con ellas, y segundo, porque verdaderamente produce mal efecto y resulta antiestético. La posible confusión que ello pueda causar al lector queda obviada en cuanto haya leído la oración o frase entera.

Las iniciales se alinean por el pie con una línea del texto, según su tamaño; así, si la inicial solo abarca una línea de texto, se alineará con el pie de ésta.

Si la inicial abarca dos o más líneas, se alinea con el pie de la segunda línea  y la parte sobrante, si el ojo de la inicial fuera superior al número de líneas, se deja sobresalir por arriba.

Las líneas segunda y siguientes, hasta la que alinea con el pie de la inicial, deben estar sangradas media línea sobre la primera, que ha de estar pegada a la inicial. En cuanto a la costumbre de introducir las letras de la primera palabra, en el cuerpo de la inicial para acercarla más, o bien poner ésta dentro de un recuadro para obviar el mal efecto que hace verlas separadas, no parece que sea necesario ni útil, e incluso se diría que el mal efecto se produce precisamente con estas soluciones.

Por lo que respecta a las iniciales orladas, lo que se procura es que el ojo de la letra se parangone con la correspondiente línea del texto, dejando que el adorno sobresalga por arriba, por abajo o lateralmente.

NOTA HISTÓRICA. Las iniciales empezaron a usarse en los manuscritos del siglo XII. Para su trazado por los crisógrafos, los amanuenses dejaban en blanco el espacio correspondiente para su dibujo, que luego era completado a uno o varios colores para los iluminadores.

(Diccionario de tipografía y del libro. José Martínez de Sousa. Madrid: Paraninfo, 1981)

 

Las iniciales en el texto
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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