Laura Palomo Alepuz se considera una persona enamorada de la literatura alicantina. Licenciada en Filología Hispánica. Realizó la tesis sobre la obra de Gabriel Miró. Actuañmente imparte docencia en la Universidad Católica de Murcia en Grados de Educación Infantil y Educación Primaria. ¿Quién es Laura Cristina Palomo Alepuz y cuáles son sus sueños? Es difícil definirse a uno mismo sin utilizar un libro entero para hacerlo. Intentaré ser concisa. Soy una enamorada de la literatura, alicantina, pero residente en Murcia, que disfruta de placeres sencillos como estar rodeada de la gente a la que quiero y que me quiere, pasear por la naturaleza, la playa o la ciudad, leer un buen libro o escribir sobre aquello que me ronda la mente. En cuanto a mis sueños, aspiro a que las personas que me importan y yo estemos bien, disfrutar junto a ellos y poder seguir dedicándome a labores que estén relacionadas con la literatura.

¿Desde qué momento supo que su vocación iba orientada a las letras y a la literatura? Desde la Educación Primaria supe que me gustaban más (y se me daban mejor) las letras. Durante el Bachillerato dudaba entre escoger las carreras de Filología Clásica, Filosofía, Historia, Historia del Arte o Filología Hispánica. Todas me parecían interesantes. Elegí la última, porque me di cuenta de que, desde que era pequeña, lo que más feliz me hacía era leer. Además, mis grandes ídolos eran escritores o poetas y pasaba mucho tiempo escribiendo en mi diario o componiendo poemas y relatos.

¿Qué significa para usted Gabriel Miró? Empecé a leer a Gabriel Miró gracias a una asignatura optativa que impartía el que se convertiría en mi director de tesis, Miguel Ángel Lozano Marco, que se llamaba “Narrativa española del modernismo a la vanguardia”. Recuerdo que me embargó la misma sensación que he tenido después cada vez que he leído una obra mironiana: la idea de que traduce en palabras emociones o percepciones sobre el ser humano, la sociedad, nuestra tierra o nuestra cultura que estaban dentro de mí y no había visto de forma tan clara hasta que las leí en él. Miró ha contribuido a modelar mi identidad y despertar mi conciencia. A partir de ese momento me di cuenta de que si emprendía el camino de la investigación, quería trabajar sobre su obra. Es posible que tenga que ver con que los dos somos alicantinos y tenemos en común no sólo el amor por nuestra tierra, sino la convicción de que los elementos que la caracterizan, la luz y el mar, forman una parte indisociable de nosotros mismos. Miró se entendía a sí mismo como sustantivamente mediterráneo; yo no encuentro una forma mejor de definirme. Después de todos estos años, Miró se ha convertido en una presencia constante y necesaria en mi vida; es como alguien de mi familia o un amigo íntimo. Cuando leo a Miró o a Albert Camus entiendo verdaderamente el concepto de sinfronismo.

¿Qué nos puede contar acerca de la tesis que realizó sobre las Figuras de Bethlem  del escritor alicantino Gabriel Miró? En 2008 la Universidad de Alicante me concedió una beca pre-doctoral que me permitió entrar en contacto con el mundo académico y realizar mi tesis doctoral. En ese momento ya tenía decidido que quería trabajar sobre la obra de Gabriel Miró, pero todavía no me había centrado en un solo aspecto. Para la tesina había decidido investigar sobre la obra bíblica (que no significa religiosa) de Gabriel Miró, porque la Antigüedad siempre me ha parecido una época fascinante. Miguel Ángel me animó a que investigara en el legado manuscrito del escritor que conserva la Biblioteca Gabriel Miró de Alicante. Las bibliotecas siempre han ejercido sobre mí una poderosa atracción y allí me trataron estupendamente todos, así que disfruté mucho indagando en el archivo. Pasé tanto tiempo en sus salas que todavía hay gente que piensa que trabajé como bibliotecaria. Fue entonces cuando descubrí que había mucho más material manuscrito relativo a Figuras de Bethlem del que habíamos imaginado. Miró proyectaba incluir esta obra en una colección que se llamaba “Estampas Viejas”, pero solamente llegó a publicar algunos fragmentos de este libro en forma de artículos en la prensa periódica. Yo había creído que en el legado solamente se conservarían las versiones pre-textuales de estos artículos y cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que había varias carpetas repletas de borradores, mapas, índices, anotaciones y esquemas. Teniendo en cuenta la naturaleza manuscrita del material, su heterogeneidad y cantidad, su novedad y su relativa calidad, decidí centrar mi investigación en el estudio de la génesis de esta obra, a través de la transcripción, la propuesta de ordenación y el análisis de las fuentes que contribuyeron de forma significativa a configurarla.

El proceso no fue fácil, porque a dificultades personales se unió la del propio trabajo doctoral.  En cuanto a este último, el dossier de gestación lo componían alrededor de novecientos documentos, que, en la mayor parte de los casos, eran manuscritos. Además, estaban desordenados y, como la obra era inédita y fragmentaria, no existía una versión final que me sirviera de referencia y tampoco había bibliografía crítica que me pudiera guiar.

Como filóloga, ¿qué opinión le merece el trato que se da a la cultura, literatura, bibliotecas etc. en nuestro país? Me encanta que me hagas esta pregunta. El trato que se le da a la cultura en este país me parece deplorable. Cada vez se arrinconan más las humanidades con el pretexto de que no son útiles (solamente hay que ver qué representatividad tienen materias como la Literatura, la Filosofía, el Latín, el Griego o la Historia en la Educación Obligatoria), lo cual es una gran mentira que una parte de la sociedad consume y repite sin haber cuestionado previamente. Este pensamiento cristaliza en expresiones populares como “el que vale, vale y si no a letras” y preguntas como las que me hacen mis alumnos del tipo: “Profesora, ¿para qué sirve estudiar lengua o literatura?”. Y por eso se desprestigia también la labor de lucha contra molinos de viento que hacen los profesores de estas asignaturas. Es una situación lamentable, porque no se reciben ni fondos, ni apoyo institucional, ni ayuda suficiente para frenar este movimiento hacia la aniquilación de las letras. Aunque muchos de los que han luchado para invertir el proceso han acabado desilusionándose ante el encuentro con tantos obstáculos, afortunadamente todavía existimos muchos que creemos que el cambio es posible. Interesa más apoyar otras disciplinas, pero si queremos construir una sociedad madura, tolerante, empática, emocionalmente estable y socialmente cohesionada, necesitamos la ayuda de las humanidades. La cultura es un vehículo de expresión del ser humano, un transmisor intergeneracional, una manifestación artística, un instrumento de indagación epistemológica y uno de los vehículos más poderosos de comunicación, capaz de conectar a seres que no comparten ni el mismo espacio geográfico y ni las mismas coordenadas temporales, por lo que considero necesario reivindicar su tremenda importancia para el desarrollo personal y social del ser humano. Debemos recordar que somos también espíritu y que, si lo olvidamos, corremos el riesgo de crear una sociedad falta de humanidad.

¿Cree que se debería potenciar más la literatura entre los más pequeños? Por supuesto. Doy clase en los Grados en Educación Infantil y Educación Primaria y siempre trato de concienciar a mis alumnos de la importancia de fomentar la lectura entre los más pequeños y acercarles a la literatura. Existen un montón de recursos interesantes que se pueden utilizar y la literatura infantil y juvenil cada vez goza de mayor reconocimiento, lo cual es un motivo de celebración. La semana pasada participé en un congreso en el que varios especialistas hablaban de la utilidad que puede tener el cuento infantil o el cómic para trabajar aspectos como la conflictividad o la diversidad no solo con los más pequeños sino incluso con adultos. Y hace poco, a raíz de un libro que me regaló mi madre, he empezado a investigar sobre la biblioterapia, que es una disciplina que explota el poder curativo de la literatura para solucionar problemas de diverso tipo. Pero también hay que dejar que los pequeños se acerquen a la lectura sin ninguna finalidad concreta, simplemente por el placer de leer.

¿Tiene proyectos en marcha? Demasiados, pero siempre tengo la sensación de que me faltan horas al día para hacer todo lo que quiero. Sigo trabajando en la obra de Miró y en cuestiones de genética textual, estoy investigando sobre narradores actuales y escribiendo sobre cuestiones relacionadas con la Didáctica de la lengua y la Literatura. En este campo, ahora mismo estoy muy interesada en la aplicación pedagógica de la biblioterapia.

Si tuviera que elegir un escritor de la historia de la literatura ¿con quién se quedaría? Me resulta imposible elegir solo a uno. De los clásicos griegos y latinos me gustan especialmente Homero, Safo, Sófocles, Esquilo, Eurípides, Heródoto, Jenofonte, Plutarco, Suetonio, Tácito, Virgilio, Catulo, Horacio, Ovidio y Propercio. De la tradición europea me quedo con Petrarca, Garcilaso, Lope, Quevedo, Góngora, Cervantes, Flaubert, Clarín, Galdós y Emilia Pardo Bazán. De los contemporáneos leo con placer a todos los autores del fin de siglo XIX, españoles, americanos y europeos y principios del XX, entre los que destacaría a Baudelaire, Thomas Mann, Wilde, Virginia Wolf, Kafka, Unamuno, Baroja, Valle-Inclán, Azorín, Rubén Darío, Machado,  Miró (por supuesto), Lorca, Cernuda, Salinas, Guillén, Dámaso Alonso, Joseph Peyré y Albert Camus. De los actuales me interesa mucho la obra de Luis Goytisolo, Enrique Vila-Matas y la de Fernando Aramburu.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? Pienso que Aquibla hace una gran labor de difusión de la cultura, tan necesaria en estos tiempos y especialmente loable teniendo en cuenta las condiciones precarias con las que contamos. Es un honor y un placer para mí que esta página se haya interesado en mi trabajo. Ojalá hubiera más iniciativas de este tipo, tan comprometidas con literatura.

Algo que añadir… Muchas gracias por todo. Me ha encantado contestar a tus preguntas. No dejes de seguir luchando para darle visibilidad al mundo de la cultura.

Al habla con Laura Palomo Alepuz, enamorada de la literatura
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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