Soy una mujer chilena, de profesión matrona y de oficio escritora. Soy madre, hija, hermana, amiga y colega. Soñadora y romántica de tomo a lomo. ¿Quién es Mariela Miño Orellana y cuáles son sus sueños? Me declaro una persona introvertida, en el sentido que disfruto mucho mis momentos a solas conmigo, los necesito como el aire que respiro. Me encanta conversar y compartir con  amigos y trabajar en equipo. Todavía confío en la gente y en las buenas intenciones. Soy voluntariosa cuando escucho la voz de mi corazón y cuando tengo un proyecto que nació desde allí.
Tengo sueños grandes y otros más pequeños. Sueño con un mundo en paz, donde los hombres al fin aprendan a vivir en unidad y a respetarse unos a otros. Sueño con un planeta que se mantenga verde y limpio. Sueño que el amor importe más que el poder. A nivel personal, sueño con vivir siempre de acuerdo a mis pensamientos y convicciones, con la libertad de ser yo misma. Por supuesto, también deseo seguir escribiendo y contando historias que transmitan emociones.

¿Desde qué momento supo que tenía que reflejar sus ideas en un papel, posteriormente convertida en novela? Es curioso. Desde niña me gustó leer y tenía el sueño de escribir. Creo que durante mi adolescencia escribí algunos poemas y cuentos. Luego la vida me llevó por otro camino, en el área de la medicina, y estuve mucho tiempo allí, dedicándome solo a mi trabajo. Hace unos años atrás recuerdo que estaba en el living de mi casa y me dije: «Quiero escribir. Quiero escribir una novela emotiva que tenga un protagonista fuerte espiritualmente, fiel a sus convicciones; que pase por distintas experiencias para, finalmente, autodescubrirse”. Después de decir aquello las ideas comenzaron a venir a mi cabeza en los días siguientes, una tras otra. Primero lo relacionado al don del protagonista y después casi toda la historia estructurada. Comencé a escribirla y así nació El Hombre que Podía Curar. Un amigo me dijo que fue como abrir un ático que estuvo cerrado por mucho tiempo, que de pronto se llenó de luz e iluminó todos los rincones.

¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir con El Camino de Lizzy y El hombre que podía curar? El Camino de Lizzy es una reflexión y una especie de denuncia al tema de la misoginia y la violencia de género. Su protagonista, que es un fantasma, nos entrega una pincelada sobre cómo ha evolucionado nuestro género a través de la historia y sobre cómo nos encontramos hoy en día. No la hemos tenido fácil, para nada, hemos sido reprimidas y abusadas desde principios de los tiempos. Quise dejar un mensaje positivo a través de una historia emotiva: una mujer maltratada que va descubriendo que es posible otro camino gracias al amor de su hermana.
El Hombre que Podía Curar es una reflexión acerca de la naturaleza humana. La ambición de poder se contrasta con el amor y la nobleza del protagonista. Los actos de barbarie humano se sopesan con los de amor y bondad. ¿Vale la pena creer en el ser humano? Es uno de los conflictos internos que debe resolver el personaje principal. Es una historia de superación, reflejada en la evolución de Gabriel.

He leído las dos novelas, pero al leer El hombre que podía curar he podido observar que en él hay mucha alma y muchas emociones…. ¿en qué se inspiró para describir al personaje  de Gabriel? Creo que Gabriel tiene mucho de mí. Pienso que uno pone una cuota de su personalidad en cada personaje. Pero muchas de las convicciones y cuestionamientos internos del protagonista son parte de mi propio yo. Quise crear un personaje que mostrara el contraste del comportamiento humano. Un hombre noble, bueno, voluntarioso y poseedor de un don muy especial que tendrá que enfrentarse a la parte oscura humana, lo que generará conflictos existenciales que debe resolver. Me considero una persona sensible y el tema humano me hace reflexionar. Ahora, sus ojos celestes claramente no son míos. Los saqué de otra parte.

¿Piensa que nos dejamos en muchas ocasiones llevar por nuestro ego y no le hacemos caso al corazón? Por supuesto. En nuestra sociedad es todo un trabajo acallar el ego y escuchar la sabiduría del corazón o del espíritu, como quiera llamársele. Decimos, hacemos cosas  y tomamos decisiones basados en nuestro ego. Lo vemos en personajes importantes a nivel global, quienes muchas veces son los que mueven los hilos del mundo. A propósito de esto quiero mencionar que me impresionó mucho la figura del señor Nelson Mandela, sobre quien me documenté para escribir mi primera novela. Un hombre impresionante y con una gran sabiduría que supo ser fiel a la voz de su corazón.

¿Qué piensa del trato que se da a la cultura y a las bibliotecas en el mundo? No podría generalizar una visión en todo el mundo. Pero al menos en Latinoamérica y en mi país, afortunadamente, cada vez se le ha dado más espacio a la cultura y a todas sus expresiones. Se ha acercado la lectura a la gente a través de cafés literarios, bibliotecas móviles y algunas situadas incluso en las estaciones del metro (tren subterráneo). Esa iniciativa hizo que muchas personas comenzaran a interesarse por la lectura aprovechando el tiempo camino a su trabajo o de regreso a casa. Inclusive, hace un par de años abrieron una de aquellas bibliotecas en el hospital donde yo trabajo. Las bibliotecas han evolucionado según los tiempos actuales. El desafío creo que es fomentar la lectura en los adolescentes, pues pasan la mayor parte de su tiempo libre conectados a sus teléfonos inteligentes y revisando sus redes sociales.

¿Fue complicado que una editorial publicara sus novelas? No, no lo fue debido a que opté por la autopublicación. Bebookness actúa como mi editorial, ya que sube mis novelas a las principales librerías on line, como un ebook.  A través de CreateSpace está la opción de adquirir el libro en papel en Amazon, con la modalidad de impresión bajo demanda. La desventaja es que el libro no está en librerías. Escuché que era muy engorroso el tema de las editoriales, que era difícil que te tomaran en serio y cosas por el estilo y yo, a decir verdad, ni siquiera lo intenté.

¿Piensa seguir escribiendo? Sí, esa es la idea. Actualmente me encuentro escribiendo mi tercera novela, cuyo escenario principal es la ciudad de Alepo, Siria, durante la guerra.

¿Cree que las redes sociales ayudan o perjudican a dar difusión a la obra de un escritor? Creo que las redes sociales son, sin duda, una ventana al mundo. Por lo tanto constituyen una gran oportunidad para difundir las obras en sitios que antes hubiese sido impensado. De igual forma, creo que deben utilizarse con cuidado debido al nivel de exposición.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión cultural? Me parece maravilloso que existan páginas en internet como Alquibla que faciliten la difusión de las obras literarias y de sus autores, a la vez, que puedan entregar una reseña de las mismas para orientar a los lectores sobre su contenido. Los escritores valoramos mucho aquello, es como tener una especie de feedback. Aprovecho esta instancia para felicitarte, Eva, pues es un gran trabajo. Además, aprecio mucho que hayas leído mis novelas y que también las reseñaras.

 

 

Mariela Miño Orellana, escritora chilena
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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