Cuánta verdad en la novela de Soledad No es tiempo para sueños y cuanto corazón. Siempre me gusta empezar las reseñas de las novelas con una pregunta y en esta me viene al corazón lo siguiente: ¿cuántas veces no hemos hecho las cosas por el miedo o por los impedimentos que nos han puesto los demás? Es posible que muchos de los que hemos leído la novela como yo nos podamos sentir identificados en algún momento de nuestra vida con la vida de Concha, nuestra protagonista principal. ¿Cuántas veces nuestros propios familiares nos han cortado las alas?
Me he encontrado con una novela llena de ternura y de asuntos de la vida cotidiana y casi sin darme cuenta empecé a leerla y en pocos días la había terminado por la trama tan bien organizada que te hace ponerte a leer en tu lugar favorito y no querer soltarla hasta que vas descubriendo cómo son los personajes y lo que va a ocurrir con ellos a lo largo de la primera novela de Soledad Román.
Últimamente me hayo sorprendida y muy contenta porque no paran de llegarme novelas de escritores noveles que en su primer proyecto lo dan todo. Pienso que con ilusión se puede llegar a cualquier sitio y no tienen nada que envidiar a escritores consolidados.
No es tiempo para sueños se estructura en cuatro partes bien organizadas y que siempre empiezan por el nombre de alguno de nuestros personajes principales, Concha, Asunción o Amelia. Cada uno de estos personajes va a tener un papel crucial a lo largo de la novela. La novela empieza con un prólogo escrito con mucho cariño por Isabel Cañelles y acaba con un epílogo y una parte de agradecimientos. ¡Ya que es de ser buen nacido ser agradecido!
Tras leer la novela os puedo decir que Concha es un personaje que desde bien pequeña se siente “manipulada” por su familia. Ella quiere estudiar pero hay personas de su familia que según mi percepción no le dejan crecer o no quieren creer en ella y se encargarán a lo largo de toda la novela a poner en contra a todo el que se acerque a ella para darle apoyo o esperanza para continuar. Amelia es la profesora de la escuela de Concha, una mujer cercana y que para ella Concha será su ojito derecho, Amlia es masona y por seguir sus ideas y por ser libre se verá enfrentada con algunos de los familiares de Concha. Al lado de Amelia, Julio. Estos dos personajes serán muy importantes e imprescindibles en la vida de Concha. El personaje más entrañable de la novela, lo encontramos de la mano de Asunción Flórez su abuela. ¿Quién alguna vez pensó que los abuelos deberían ser eternos? Pararos con especial cariño en los momentos en que Concha habla con su abuela, si tuvierais el poder de hacer el tiempo hacia atrás ¿no haríais lo mismo? Concha como buena abuela lo único que quiere hacer es proteger y defender a su nieta por encima de todo cueste lo que le cueste. A última hora nos encontraremos con Dionisio, una persona muy cercana a Concha y ya descubriréis por qué.
Otra de las cosas que más me gusta de las novelas que leo es el sabor que te dejan al terminar de leer. En esta podemos encontrar sentimientos encontrados, la rabia, la superación, la independencia, el cariño y la decepción, además de muchos otros, quizá ganan más las emociones negativas, pero con lo que me quedo es con los valores que transmite y con los que puedes extraer siempre cosas positivas.
Lo que más me ha quedado claro de No es tiempo para sueños es que si tienes un sueño y una ilusión tienes que ir a por todas, le pese a quien le pese, y sobre todo, nunca rendirte, así como rodearte de la gente que sí creyó en ti desde el minuto número 1. Me quedo con una frase que destaqué el leer en la novela, <<nadie te va a regalar nada en la vida>> y con otra reflexión que nunca hay que dejarse llevar por las apariencias.
