De una manera general, los cancioneros podrían definirse como antologías poéticas recogidas sobre un tema o varios, de una época determinada o de un autor concreto. Los primeros cancioneros peninsulares son los galaicoportugueses (siglos XIII y XIV) ; los famosos Cancioneros de Ajuda, de la Vaticana y de Colocci-Brancuti.

En la poesía castellana del siglo XIV, el concepto de cancionero y de poesía de cancionero es más elástico que en la poesía gallega y su éxito va unido al auge de la vida poética en la corte de los últimos Trastámaras. El momento decisivo en la historia del género será la redacción del Cancionero de Baena cuyos tres grandes temas,  y en general, de todos los cancioneros son: líricos, doctrinales y los temas cotidianos que se resumen en unos poemas de circunstancias. El tratamiento de estos temas se caracteriza por su hiperbólica complicación estilística. Generalmente se encuentran dos tipos de poemas en los cancioneros castellanos del siglo XV: la canción, composición para ser cantada, y el decir, poema para ser leído, con dos grandes metros que servían de base: el octosílabo, utilizado para poemas menores y el dodecasílabo para composiciones de tipo doctrinal y de influencia italiana, a los que se unió el endecasílabo, a principios del siglo XVI, sobre todo, al irse perdiendo el uso del dodecasílabo.

Los sentimientos, dentro de la poesía cancioneril, aparecerán encubiertos por un alambicamiento característico de todo este género poético y enmarcados en situaciones alegóricas todo expresado en brillantes juegos de palabras, expresión por conceptos contrarios o hipérboles, incluso religiosas.

Tanto los más insignificantes detalles de la vida cotidiana como las justas, fiestas reales y torneos serán ocasión y pretexto para que el escritor luzca su ingenio. La invención de la imprenta supuso un nuevo auge de estas antologías poéticas: el más famoso de los cancioneros impresos será el Cancionero general.

Martín Nuncio, editor de Amberes, publicará hacia 1550 su Cancionero de romances, iniciando una nueva boga editorial: el cancionero únicamente dedicado a los romances: el Romancero.

Durante los siglos XVI y XVII los cancioneros aparecen publicados bajo los títulos más diversos (Flores, Florestas, Rosas, Silvas, etc.), aunque conservando casi todas las características anteriores.

 

El cancionero en la Península Ibérica
Comparte en:
Etiquetado en:                

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables.
Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad
Una mirada al mundo de las bibliotecas