Hoy entrevisto a Carmen de Miguel, Directora de la Biblioteca General de la Universidad de Valladolid, la llamada Reina Sofia.  Carmen estudió filología francesa en la Universidad de Valladolid y desde siempre pensó que llegaría a ser profesora.

¿Quién es Carmen de Miguel Murado y cuál es su profesión? Estudié Filología francesa en la Universidad de Valladolid, pensando desde niña que llegaría a ser profesora. Cuando acabé la carrera me di cuenta de que la docencia no era lo mío. Fue el año en que empezaron a ofertar plazas de ayudantes de bibliotecas en casi todas las universidades, finales de los ochenta del siglo pasado. Y una de estas convocatorias me pasó por delante, y aquí estoy, 31 años más tarde. Bibliotecaria.

¿Qué cargo ocupa en la Biblioteca en la que trabaja? Desde diciembre de 2009 soy responsable de la Biblioteca General Reina Sofía, de la Universidad de Valladolid. Es uno de los catorce puntos bibliotecarios del sistema. Antes trabajé en otras cuatro de la misma universidad.

¿Qué funciones desarrolla en su lugar de trabajo? El principal objetivo que me marqué cuando llegué a Reina Sofía fue que la colección bibliográfica y los espacios fueran conocidos y utilizados por todos los miembros de la Universidad, y que la sociedad vallisoletana supiera que en la Cárcel Vieja de Chancillería había una biblioteca universitaria. Para ello había que empezar a trabajar la comunicación, y aprovechamos las redes sociales para llegar a más gente. También había que renovar parte del mobiliario, actualizar algunos servicios, etc. Todo ello en línea con la misión de la Biblioteca Universitaria y la propia institución en la que estamos: apoyo a la docencia y la investigación.
En este guión caben muchas funciones: las tareas clásicas de selección o catalogación, la gestión del presupuesto, la relación con proveedores, la organización de actividades, redes sociales, participación en grupos de trabajo del servicio de bibliotecas, redacción de informes y memorias, recopilación de datos estadísticos para ver la evolución de los principales indicadores medidos (y obrar en consecuencia), etc. Sin olvidar que estamos en un viejo edificio que da muchos problemas de mantenimiento.

¿Cree que el trabajo de bibliotecario es vocacional? Es lo ideal, aunque no siempre ocurre. Sí, este es un trabajo que hay que vivirlo y quererlo, porque pide mucho, nunca dejas de aprender. Y no siempre salen las cosas como esperas. La pasión por tu trabajo es lo que te hace volver a levantarte y seguir aprendiendo, sobre todo cuando algo no sale bien. Yo disfruto un montón cuando comparto experiencias bibliotecarias con colegas de otros sitios, o cuando visito bibliotecas. Por eso suelo acudir a las Jornadas Fesabid, a algunos congresos de Rebiun, participo en algunas semanas Erasmus y desde hace tres años participo en Cyclobiblio: una semana en Francia haciendo un recorrido en bicicleta y visitando bibliotecas por el camino. Estas experiencias son las que me aportan más energía para seguir en mi trabajo: no hay nada como ver otros sitios, conocer a otros compañeros y aprender.

¿Qué fondos y servicios podemos encontrar en su Biblioteca y qué destacaría por encima de todos? Tenemos una importante colección del siglo XIX, gran parte de las tesis doctorales impresas de la Uva leídas desde mediados del siglo XX hasta nuestros días, revistas y libros de todas las áreas temáticas, audiovisuales… pero quizás lo más curioso es que tenemos la biblioteca personal de la poetisa cordobesa Concha Lagos, fallecida en el año 2007; nuestra universidad se la compró en los años ochenta. Y los servicios típicos de todas las bibliotecas universitarias. Ahora estamos haciendo hincapié en adecuar los espacios a distintos tipos de necesidades, queremos hacer más cómoda la estancia de nuestros usuarios. En esta línea, por ejemplo, tenemos distintos objetos en préstamo: cargadores, portátiles, atriles, auriculares, protectores auditivos antiruidos, etc. Recientemente escuché al arquitecto brasileño Jaime Lerner hablar de acupuntura urbana, y me gustó el concepto; yo lo aplico a lo que hacemos en nuestra biblioteca: acupuntura bibliotecaria, cuando nuestro trabajo se basa en pequeñas intervenciones, no en grandes proyectos.

¿Cualquier persona puede acceder a esa Biblioteca?¿Qué hace falta para hacerse socio o consultar sus fondos? La Biblioteca tiene acceso restringido. Por supuesto, nuestros principales usuarios son todos los miembros de la universidad. También los antiguos alumnos, alumnos de otras universidades públicas, personal de organismos con los que la Biblioteca Universitaria tiene convenios. Pero, siempre que se justifique la necesidad de consultar nuestros fondos para fines de investigación y docencia, el acceso está permitido. Las personas que no tienen carné UVa y entran dentro de los casos detallados anteriormente, pueden solicitarnos una tarjeta de usuario. Por otro lado, como edificio histórico, ofrecemos a cualquier colectivo la posibilidad de visitar las instalaciones por dentro; solo tienen que solicitárnoslo.

Futuro de las Bibliotecas

¿Cómo ve el futuro de las Bibliotecas en España? En general bastante bien, porque hay grandes profesionales que saben cómo ir adaptándose a lo que pide la sociedad actual y a los cambios tecnológicos que se van sucediendo con tanta rapidez. A veces el problema está en que las administraciones, los políticos que tienen que apoyar los distintos proyectos bibliotecarios, no perciben la importancia de las bibliotecas en la sociedad, y no lo reflejan, por ejemplo, en los presupuestos. Quizás no vayamos tan rápidos como los países del norte de Europa a la hora de innovar, de diseñar edificios grandes y modernos, pero ya hay muchas bibliotecas en España que consiguen ser referente en su entorno.

¿Cómo definiría a la Biblioteca perfecta? No hay biblioteca perfecta, como no hay personas perfectas. La biblioteca perfecta, si la hubiera, sería la que está en permanente adaptación a su entorno, a sus usuarios. La que sabe ver lo que están necesitando y lo que van a necesitar. La que sabe combinar espacios, colección y servicios. Aquella que es capaz de hacer sentir a sus usuarios como si estuvieran en casa. Si existiera biblioteca perfecta, sería el centro de la vida urbana, si fuera pública, o el centro de la universidad, si fuera académica. Y con el centro me refiero no solo geográfico, sino en el pensamiento de sus usuarios.

¿Qué actividades o proyectos desarrolláis en vuestro centro? Las actividades que llevamos haciendo de forma periódica desde hace unos cuantos años son: el club de lectura Con Mucho Gusto, el Club Wikipedia, talleres para alumnos de la Universidad Permanente Millán Santos, exposiciones en el patio. También hacemos actividades puntuales en determinadas conmemoraciones: Día del Libro, Día Internacional de la Mujer, etc. Muchas de ellas las preparamos entre todas las bibliotecas del servicio, a través del Grupo de Responsabilidad Social.

¿Qué cualidades cree que debe cumplir un buen bibliotecario? Principalmente no dejar de aprender, ser curioso, estar dispuesto siempre a ayudar, no poner el no por delante, buscar soluciones, innovar, ser capaz de rectificar si es necesario, ser metódico. No sé, quizás sería mejor combinar las distintas cualidades entre los distintos miembros de un equipo, porque a veces es necesaria una característica y su contraria, según para qué.

¿Cree que hay que fomentar la lectura entre los jóvenes? Por supuesto, pero no solo entre los jóvenes, la lectura hay que fomentarla siempre, a cualquier edad. En el club de lectura que tenemos en la biblioteca siempre hemos comentado que leemos libros que nunca hubiéramos elegido por nosotros mismos. A veces la lectura «obligada» te depara sorpresas.

¿Se ha creado un estereotipo erróneo en torno a la figura de la Biblioteca y del bibliotecario? Quizás antes sí, la bibliotecaria de moño y gafas ¿no? pero ahora las bibliotecas empiezan a cambiar de aspecto, y los bibliotecarios, ni te cuento…¡hay algunos y algunas la mar de marchosos!

¿Mejoraría algo en el sistema bibliotecario? Pues sí. Cambiaría el sistema de acceso a los distintos cuerpos. No me gusta que estén tan compartimentados los cuerpos profesionales según las distintas administraciones (local, autonómica, nacional, universitaria) y sin posibilidad apenas de pasar de unas a otras. Me gusta el sistema que tienen en Francia: uno se presenta a la oposición (del grupo equivalente a nuestros ayudantes o a nuestros facultativos) con la carrera que tenga, y cuando aprueba va a hacer un curso de posgrado a la Escuela Nacional Superior de Bibliotecarios (ENSSIB) en Lyon, para solicitar al final el destino, que puede ser en cualquier lugar de Francia y en cualquier tipo de biblioteca.

¿Qué piensa de Alquibla https://www.alquiblaweb.com, como página de difusión de la cultura? Pues hace años que la sigo, y reconozco que lo que más me atrae es como te ayuda a poner cara a nombres que conoces, o a descubrir bibliotecas, escritores o profesionales de la documentación que de otra manera sería difícil conocer. ¡Enhorabuena por tu trabajo!

Entrevista a Carmen de Miguel bibliotecaria en Valladolid
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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