Raquel Victoria (Zaragoza, 1978) comenzó su andadura literaria a través de los relatos que su abuela le contaba, lo que le inspiró la creación y posterior publicación de su novela «Las raíces de la encina» (Certeza, 2013).  Su travesía literaria continúa con «La posada del pozo», su segunda novela, la más subjetiva y profunda hasta la fecha. Actualmente, su pluma continúa escribiendo historias protagonizadas por mujeres. En su próxima novela, que ya está encauzando, los personajes femeninos volverán a llevar las riendas de la trama, siempre bregando contra viento y marea en ese pasado contemporáneo nuestro.

¿Quién es Raquel Victoria y cuáles son sus sueños? Soy una apasionada escritora. Hoy, ya no concibo mi vida sin dar rienda suelta al lenguaje de la creatividad. Escribir se convierte, cada día, en el aire que respiro. De hecho, dejé atrás el mundo sanitario del que provengo, soy Técnico Sanitario Especialista en Laboratorio, para dedicarme exclusivamente a la literatura. Mis sueños son continuar recreando e imaginando la vida social y cotidiana de nuestra propia historia, de nuestro pasado contemporáneo; otorgando a las mujeres la visibilidad que no tuvieron en la época que les tocó vivir o que, aunque su labor se valorara en aquel entonces, luego acabaran siendo olvidadas. Porque, a pesar de que no eran demasiadas, sí ha habido siempre mujeres influyentes, ya fuera dentro de un espacio de mayor relevancia o aquellas pertenecientes a los estratos populares; pero la mayoría de ellas, lamentablemente, han sido cubiertas por gruesas capas de silencio. Por ello, para mí, es primordial retratar mis novelas incluyendo la perspectiva de género. Por supuesto, mi sueño también es que mi mensaje llegue hasta las lectoras y los lectores; ellas y ellos son mi cristalino foco en todo momento.

¿Desde qué momento supo que quería dedicarse a la escritura? Fue un impulso inesperado y muy fuerte que, además, me invade desde entonces. Comencé a escribir a raíz de los relatos que mi abuela me contaba. Sus intensas vivencias sobre la crudeza del hambre, en su infancia de posguerra, eran anécdotas que yo ignoraba y que me impactaron, de tal modo, que necesité plasmarlas en papel; de ahí surgió mi primera novela Las raíces de la encina. Mi abuela consiguió revolucionar mi mente tanto, que la escritura se ha convertido en mi modo de vida. Contestando a la pregunta, supe que me dedicaría a la escritura desde entonces; desde que forjé esa palabra pionera gracias al testimonio oral de mi abuela.

¿Qué nos puede contar de su última novela La posada del pozo y por qué los lectores la tienen que escoger para leerla? La posada del pozo está ambientada en el entorno rural turolense, abarca desde los años veinte, pasando por la II República y la trágica guerra civil española. Aunque la composición de personajes es amplia, el protagonismo principal lo llevan las mujeres; son mujeres anónimas, con una fortaleza innata, que luchan por lograr consolidar las igualdades, de clase y de género; son mujeres que piensan por sí mismas, que se adueñan de su propio destino; son mujeres envueltas por un halo de libertad sin precedentes, antes impensable, que va a estar latente durante todo aquel periodo histórico. Evidentemente, estamos hablando de una minoría de mujeres adelantadas que, en aquel tiempo reformador y transformador englobado en el marco de nuestra II República, podían, por fin, salir a la esfera pública y tomar sus propias decisiones sin influencias de nadie. Como ya digo seguía existiendo esa mayoría de mujeres que acataba el consejo del marido, hermano o confesor; aun así, en mi novela se palpa ese lado transgresor y las mentalidades totalmente abiertas que rodean tanto a Nieves, mi protagonista principal, como al resto de hombres y mujeres que retrato. No obstante, Nieves es quien regenta la posada familiar en la que va girando toda la trama.

El reflejo de la lucha obrera ante la oligarquía caciquil imperante, asimismo, está presente, ya que en el pueblo ficticio donde viven, “Alsilos”, se dedican al campo y la minería. En definitiva, es una novela en la que se van viendo los grandes cambios y libertades que se produjeron en la España moderna y progresista de aquella época: la cultura supuso uno de los grandes hitos del momento, puesto que el analfabetismo decreció vertiginosamente; la conciencia obrera, que fue buscando mejorar las condiciones y el jornal; el reparto de tierras; el intentar paliar las abismales diferencias de clase; el empoderamiento femenino… Ellas/os bregan contra todas aquellas injusticias sociales, hasta que el estallido de la Guerra Civil rompe en pedazos su mundo. Sin embargo, y a pesar de que las batallas se ven como trasfondo, en este periodo bélico y en toda la novela, lo que he querido destacar es la parte humana, la sentimental. Pienso que es una historia sobre la Guerra Civil diferente a lo habitual: sacando a la luz la encomiable labor de las mujeres (la supervivencia de la sociedad civil en la retaguardia republicana), así como está contada desde el interior de las personas, desde adentro; las ausencias, las pérdidas o el inevitable sufrimiento componen las partes de ese mismo mosaico donde, el día a día, también deja un profundo hueco para poder vivir amándose. Son las razones por las que creo que hace y hará a lectoras y lectores, escogerla como lectura.

¿Para qué tipo de público va orientada La posada del pozo? ¿Podría compartir un fragmento con los lectores de Alquibla? Está encaminada hacia cualquier público. La franja de edad podría decir que iría desde la adolescencia hasta las personas mayores. Por un lado, mis protagonistas comienzan su andadura en plena ebullición adolescente, con lo cual, les puede interesar a chicas/os de esa edad, e identificarse con las historias de amor que van surgiendo entre los personajes; por otro, tanto si son de mediana edad como si son más mayores les pueden llevar a recordar historias familiares en las que, casi seguro, van a encontrar ciertas semejanzas, puesto que recojo, con contrastado rigor histórico, toda aquella realidad acontecida en aquel periodo tan crucial y trascendental para nuestro país. Al fin y al cabo, es la vida que vivieron nuestras bisabuelas y bisabuelos, o nuestras abuelas y abuelos, según sea el salto generacional. Además, aunque el protagonismo principal lo llevan las mujeres, al ser una composición coral, está orientada tanto hacia el público femenino como hacia el masculino, ya que también nos encontramos con personajes masculinos muy influyentes, entre ellos, Bernardo destaca.

FRAGMENTO DE LA POSADA DEL POZO: <<La oscuridad de una noche cubierta por una capa de terciopelo opaco, llegaba también hasta mi cama. Me sentía envuelta en un halo, que cegaba todo aquello que un día mis ojos azules vieron brillar reflejado en las aguas más puras de mi pozo, y que ahora se habían convertido en un mar de dudas imposibles de llevar a la desembocadura. Habíamos empezado a poner, con todos nuestros esfuerzos, las primeras piedras de un mundo que, muy pronto y ya, comenzaba a cambiar. Nuestras ideas de tolerancia ante los más necesitados, que seguían notando la miseria pegada a las paredes de sus casas; de justicia ante las más atroces crueldades; y la lucha por unos merecidos derechos tan nuestros como para la otra mitad de la población, se nos iban disipando entre la bruma que formaba la niebla del invierno. Estábamos construyendo una vida donde los privilegios de unos pocos, tenían que extinguirse en el fondo inaccesible de los océanos; donde mis hijos pudieran aprender, exactamente igual que los hijos de las familias que hablaban con el apellido en la punta de la lengua. Ansiaba que mi hija Felicidad, llevara siempre la cuerda que tirara de las riendas de su vida, que sus decisiones fueran tan valoradas por su marido, tal y como Bernardo había acogido mis opiniones sin albergar ningún tipo de duda sobre ellas. Sin embargo, nuestro mundo se estaba desmoronando por momentos; esta aterradora guerra lo estaba haciendo trizas; la tragedia se iba sumando a las tragedias ya vividas; y la ilusión de nuestros sueños más intensos se iba borrando entre las lluvias de la primavera, solo nos quedaba un pequeño hálito de esperanza entre los nuevos brotes de hiedra que, esta misma tarde, habían estado observando Faustino y Paloma entre cómplices miradas.

Tumbada en la cama, me volví hacia la ventana, no se veía nada, era como si un agujero negro vendara, cada noche, nuestras vidas; sin embargo, la tenue luz de la luna que traspasaba los cristales, refulgía como una pequeña luciérnaga en el espejo de mi aguamanil.>> Páginas 243-244, La posada del pozo ©2018, Raquel Victoria Morea TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

¿Cuál es el lugar favorito para ponerse a escribir? Mi escritorio, en mi habitación propia. No tengo ninguna manía en particular. Puedo decir que siempre escribo mis novelas en manuscrito, soy muy tradicional en esto. Aunque luego el trabajo se me acumula, porque tengo que pasar capítulo a capítulo a ordenador, pero es verdad que escribiendo a mano, es ponerme y la inspiración y las ideas revolotean solas, sin poder parar hasta que termino el capítulo en cuestión. En cambio, cuando me dedico a escribir reseñas literarias, artículos o poesías me estoy empezando a acostumbrar a ir directa al teclado (más que nada, porque el tiempo ya no me da para todo); sin embargo, para desarrollar mis novelas siempre lo hago con folio y bolígrafo.

¿Tiene proyectos en marcha? ¿Piensa seguir escribiendo? Por supuesto que seguiré escribiendo, la escritura compone las vetas de mi corazón. Claro que tengo proyectos pensados para mis futuras novelas, y en marcha el último, que va viento en popa. Se trata de mi tercera novela, ambientada en la segunda mitad del siglo XIX y protagonizada por mujeres, me encuentro ya en el proceso creativo después de, como en mis anteriores novelas, haber realizado una exhaustiva documentación histórica, no puedo adelantar nada más por ahora.

¿Tiene presencia en redes sociales?¿ Cree que perjudican o ayudan a difundir la cultura? Sí, tengo cuenta en Facebook (donde también tengo una página en la que realizo crítica literaria: “Reseñas literarias bajo el prisma de Raquel Victoria”), en Instagram y en Twitter, y tengo mi canal en YouTube. Asimismo, escribo en mi blog: “La tinta derramada de Raquel Victoria” y poseo mi página de autora para los clientes de Amazon. Sinceramente, para mí, como autora independiente, son un recurso esencial para poder divulgar mi obra. Además, es otra forma de interactuar con tus lectores, saber sus opiniones sobre tu obra, las impresiones causadas al leer tu novela… Vivimos inmersas/os en plena era digital, así que, hoy en día, casi resulta un factor imprescindible para poder conectar con personas y lectoras/es de cualquier punto del mundo.

¿Qué piensa del trato que se da a la cultura y a las bibliotecas en España? Creo que poseemos una amplia red de bibliotecas diseminada por todo el territorio; bibliotecas con multitud de actividades encaminadas a fomentar la lectura, así como a enseñar y a difundir la cultura en muchos ámbitos. Desde luego, sensibilizan sobre la importancia del saber y el conocimiento, totalmente indispensables para una vida plena y libre, en nuestra sociedad actual. Asimismo, voy a hacer un pequeño énfasis sobre nuestra historia cultural, porque la red de bibliotecas que tenemos hoy al alcance de todas y de todos, fue ya ideada en 1931, en la II República, con las llamadas Misiones Pedagógicas, que no eran, ni más ni menos, que la maravillosa e ingente labor de acercar la cultura al pueblo (ya he comentado antes el analfabetismo existente en la época). En cuanto al trato que se da a la cultura en España, pienso que, aunque veamos avances, en realidad, el camino es lento, y todas/os los que nos dedicamos al mundo de las artes y las letras nos encontramos habitualmente con infinidad de baches que sortear. Haría especial hincapié en las pocas oportunidades que nos dan a las personas que procedemos de un ámbito formativo ajeno al específicamente literario (cuando el proceso de creación se rige por la inspiración e imaginación de la autora o autor, siendo el aprendizaje un concepto que se puede ir adquiriendo, del mismo modo, a través de la formación y lectura autodidacta) y no contamos todavía con un nombre consolidado (que pueda dar —o no— mayores alternativas hacia la propia comercialización de una obra); sin embargo, este tipo de planteamiento, seguramente, está dejando muchos talentos a la deriva que, de manera desafortunada, se quedan sin visibilidad. Resulta obvio que la educación y la conciencia social son los pilares de la cultura, y se debe trabajar en este sentido, además, contamos con el modelo de otros países europeos en los que educación y cultura son un claro ejemplo a seguir; me estoy refiriendo a los países nórdicos, entre otros.

¿Algún escritor que le haya servido de inspiración a lo largo de su vida? Desde que tengo uso de razón me ha fascinado la lectura, y podría nombrar una larga lista de escritoras y escritores que no voy a poder abordar aquí, no soy de una referencia concreta, sino de una enriquecedora diversidad literaria. Me interesa la novela histórica, y también aquella que te deja huella, te lleva a reflexionar o te conmueve. Mencionaría en primer lugar “La casa de los espíritus” de Isabel Allende, porque fue una novela que leí en la adolescencia y que supuso mi paso hacia la literatura adulta; citaría también “África llora” de Alberto Vázquez Figueroa y “La lluvia amarilla” de Julio Llamazares, ambas por su sensibilidad; o “Los pilares de la tierra” de Ken Follet, ya que, quizá, esta obra fuera la que me hizo engancharme a la novela histórica. Pero no quiero dejarme tampoco en el tintero a muchas autoras que he ido descubriendo a través de mis lecturas, en el pasado y en el presente: entre las clásicas cito a Margaret Mitchell, Virginia Woolf, Jane Austen, Emily Brontë, Josefina Aldecoa, Mary Shelley, Carmen Laforet, Isak Dinesen…; y entre las contemporáneas a Dulce Chacón, Luz Gabás, Inma Chacón, Tracy Chevalier, Magdalena Lasala, Carmen Santos, Susanna Tamaro, Lisa See, Amy Tan… Como ya he dicho antes, también reseño mis lecturas.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? Sin duda, ofrece un portal virtual para perderse navegando entre cultura. Su información es extensa, no le falta de nada: entrevistas a escritoras/es, archiveras/os, documentalistas, historiadoras/es, bibliotecarias/os… Además de artículos relacionados con la literatura, reseñas o, incluso, nos acerca a la actividad museística. Es una página con unos contenidos elaborados y precisos, de gran interés. Claramente, despliega un largo abanico de distintas modalidades en torno a la divulgación cultural. Por supuesto, recomiendo bucear en Alquibla.

 

 

Entrevista a Raquel Victoria escritora de la novela La posada del pozo
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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