Hoy entrevisto a Miquel Sen escritor de la novela El gato de Balzac que nos contará su forma de cómo se plantea la escritura y su forma de entender la literatura. ¿Quién es Miquel Sen y cuáles son sus sueños? Un tipo con larga trayectoria que ha estudiado Biología para acabar trabajando en el mundo de la televisión y la literatura. Tengo mucho cuidado en soñar, porque los sueños pueden convertirse en pesadillas, así que intento estar despierto en este mundo feroz, buscando la paz en una buena lectura. Artículo publicado sobre El Gato de Balzac el sábado día 6 de Julio en La Vanguardia por Arturo San Agustín https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20190706/463301896817/panes-y-gatos.html

¿Desde qué momento supo que quería dedicarse a la escritura? Creo que es algo que no se sabe nunca, o se sabe de siempre. Me veo escribiendo desde mi juventud con una pasión que aún ahora me asombra.

¿Qué le llevo a escribir El gato de Balzac? ¿Siempre escribe sobre la misma temática? ¿Podría compartir un fragmento de la novela con los lectores de Alquibla? Combinar una serie de historias que daban vueltas por mi imaginación. Una la de las hipotéticas reencarnaciones. Otra la gula, dentro de lo que se conoce como pecados capitales. La gula es el pecado de la vejez, la lujuria el de la juventud. Todo esto reunido a través de una narración fantástica en la que juega el gato que fue del novelista Balzac, los demonios y la curiosidad de un prestigioso intelectual al que salir del armario le costó caer en la miseria.

Sobre los temas y dado que he publicado, como periodista gastronómico, bastantes libros golosos (Luces y sombras del reinado de Ferrán Adriá, Confieso que he comido,…) tengo que señalar que de mi mano han nacido novelas duras, como La Memoria Muda.

Fragmento de El gato de Balzac:

Siguió Curiós: «Y en ese instante llega el tsunami, la ola inmensa, el mar infinito donde viven diablos con nombre propio,
el muro de agua que arrasa con todo en un río de escombros
y maderas en los que se confunden los hábitos de aquellos que
clamaban por el justo castigo con los harapos de los pobres y los
terciopelos de los poderosos. Todo muere justo el día en que más
claro debía ser que el Ser supremo cuida de nuestra vida eterna
como lo haría un padre».
Maulet contempla el despatarrado trapero. Antes de que le
mencione con tono amargo, sarcástico, la última provocación del
mal al orden divino, don Lázaro comenta, convencido de que
Curiós espera el fin de esta historia: «Sí, Curiós, Dios se los llevó,
pero a usted como a tantos otros nos queda la incógnita de saber
el porqué de la destrucción de toda Lisboa, de la catástrofe que
obligó al canibalismo a muchos de los supervivientes. Solo se salvó el barrio alto lisboeta, precisamente los lupanares, las casas de
putas donde a estas horas dormían los pecadores lujuriosos, los
torturadores de niños, los ateos que habían hecho del pecado su
vida, los acariciadores de mulatas fruto de la tentación, las siervas
de sodomitas recalcitrantes». El trapero lo interrumpió, los ojillos
achinados, brillantes, de viejo borracho: «Dicen los expertos en
Teodicea que muchas de esas mujeres no lo eran, pues tenían cola
de sirena y estaban faltas de ombligo. Aunque bien pudiera ser
que carecieran de él y además mantuvieran, como señalan distintos autores, un sexo armado de una dentadura uniforme, negra
y brillante, que recuerda las de las viejas geishas de Kioto. Arpías
del océano que debieron llegar con las olas del mar y tuvieron
que evitar ser devoradas por algún marqués de torpe ética, un
antropófago a medias, pues las sirenas al ser mitad mujer, mitad
pescado, dicen los obispos, no son sujeto de antropofagia. ¡Qué
horror! Solo ellos, los ateos caníbales, sobrevivieron. Quizás, amigo —susurró seguro el brocantero— sea el triunfo definitivo de
Satán y los suyos sobre la bondad. Ya sabe usted que el demonio
es muy suyo.

¿Cuál es su método para ponerse a escribir? ¿Tiene algún lugar preferido? Como he cambiado muchas veces de domicilio, tres traslados equivalen a un incendio, los lugares donde he escrito también lo han hecho. Ahora que vivo en Galicia tengo una mesa de madera, de cara a la pared, frente a una fotografía en blanco y negro dedicada por Leopoldo Pomés. En verano, en el cortísimo verano gallego, escribo en el jardín.

¿Cree que es complicado tener un espacio en el mundo literario? ¿Le costó mucho encontrar editorial que publicara su libro? Cada vez es más complicado hacerse un hueco en la literatura, a menos de que se cuente con el apoyo de los mandarines de la cultura. He publicado distintos libros en diversas editoriales. Este último, que no se ajusta a ningún criterio políticamente correcto, porque, según un crítico inteligente, es “un libro extraordinario, en el sentido literal. Difícil de etiquetar: suspense gótico, género negro, aventura histórica, metaliteratura…”. No quise esperar decisiones de las altas esferas y busqué la Editorial Círculo Rojo. Tengo una edad en la que quiero publicar de inmediato para poder escribir seguidamente otro proyecto.

¿Diseñó usted la portada de su libro o la editorial le facilitó una? El diseño es mío, con ajustes de medidas de la editorial

¿Tiene proyectos futuros en marcha? ¿Piensa seguir escribiendo? Sigo colaborando semanalmente en El Periódico, dirijo la revista digital Gastronomía Alternativa , mantengo mi sección en la revista Vinos y Restaurantes y probablemente este verano tome el rotulador (siempre escribo a mano) para ver qué pasa con un tema que podía titularse El Coronel de los carros del Este.

¿Qué libro está leyendo actualmente? ¿Tiene un escritor@ favorito? Estoy acabando un libro que recomiendo, Pluma de Buitre de Arturo San Agustín. Como soy francés por parte de matrimonio y de vino de Burdeos, por las noches, en la cama leo hasta altas horas. Ahora estoy con L´ère des suspects de Guilles Martin Chauffier, redactor jefe de Paris Match. Una novela de policías y corrupción política, es decir, de lo más actual.

Mis escritores favoritos van desde Shakespeare a los demás. Puesto a puntualizar, es decir, a releer, no me olvido de Bulgakov, Nabokov, Auster. Onetti y Faulkner son mis imprescindibles.

¿Qué piensa del trato que se da a la cultura en España? ¿Y a las bibliotecas? La única cultura que de verdad interesa en España está pintada de color rosa. En un país en el que el libro más vendido suele ser el de una folclórica o un torero (no me llamen sexista, me ajusto a la pura realidad) hay muy poca cosa que hacer.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? La existencia de páginas culturales sin cortapisas es una bendición. De hecho, cuando se inventó la red se estaba pensando en un mundo en que se podría expresar libremente la opinión. Por desgracia páginas como esta no son frecuentes pues ya pululan los pillos que dan espacio a tu libro a cambio de las treinta monedas de siempre.

Así pues, felicidades.

 

Entrevista a Miquel Sen escritor de El gato de Balzac
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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