Si hablas de Marta es para hablar de elegancia de sencillez de profesionalidad y de cariño hacia todo lo que realiza. Recién terminado su último libro La chica a la que no supiste amar, no puedo tener más que palabras de admiración, respeto y aplauso hacia una novela publicada por la Editorial Espasa y que me ha cautivado.

Cuando uno se embauca en la lectura de una novela tiene varios frentes abiertos y deja su mente a la imaginación siempre  de la mano del libro que tiene entre sus manos y lo elige para ese momento. Siempre para guardar también en su recuerdo qué le hizo sentir esa lectura que escogió en ese momento determinado. Por eso también me gusta resaltar en negrita las frases que me han emocionado dentro de la lectura de la novela.

“Lo que no se ve no existe”

Al recibir el libro de Marta, que tan amablemente me hizo llegar Laura Fernández de Espasa, ya solo la portada me causó admiración, una portada en blanco y negro con la fotografía de una chica apoyada sobre una pared sin mirar hacia el lector y con cierta cara de sufrimiento reflejada en su tez.

La trama trata sobre el asesinato de una joven en extrañas circunstancias que va a tener que ser investigada y que han de ser aclaradas por el bien de todos y para ir desarrollando la novela hacia un final tan bien estructurado que parece que estés viendo una película.

“Quien no baja a la arena no sabe cómo es la vida”

Como siempre dedico especial atención a los personajes de La chica a la que no supiste amar para ir transmitiéndoos la huella que me he dejado a mí. Para empezar nos encontramos con Roures, él es detective y se le podría considerar como un hombre leal, embaucador, paciente entre otras muchas características. Un detective que se va a encargar del caso del asesinato que nos encontramos al comienzo de la novela. Es él quien va a tener que unir todas las piezas del puzle de esta trama tan rocambolesca.

Roures se sentirá cansado, decepcionado, traicionado y harto. Carlota es una jueza dura y a la vez guarda dentro de sí una niña, es atractiva “de piel morena y ojos azules”, también lee poesía y Alberto Llorens un antiguo compañero, fotógrafo y un hombre que juega al póker. Si de Roures decía que era paciente y leal de Llorens se puede decir que es cobarde y algo sensible. Prieto es un pez gordo de UCRIF y Antonio “El Mula” el dueño del Cocoa.

A Blessing tengo que realizarle una mención especial. Ella es nigeriana y le han diagnosticado cáncer, esa enfermedad tan odiosa del siglo XXI. Marta nos describe la historia de su vida el cómo sufría, la vida dura que tuvo y el cómo añoraba a su tierra y a su padre. Es un personaje como todos, entrañable y duro.

“La vida es caprichosa y coloca trampas en el camino”

Al ubicar la novela nos encontramos en Castellón (provincia de la Comunidad Valenciana) aunque nuestros personajes se van moviendo por toda la provincia como Benicàssim, Villafamès, etc. también siempre me encanta ubicar la novela en el lugar donde se desarrolla.

Es increíble cómo Marta describe a la perfección a los personajes para que puedas imaginártelos incluso con sus caras y su forma de ser, no solo al principio de la novela donde los describe si no a lo largo de la misma. Ha sido muy fácil seguir a estos personajes por la forma y el trato con que los considera.

“El peor enemigo de la libertad es el miedo. No se puede ser libre si se tiene miedo”

Me llama la atención la música que acompaña la novela a lo largo de la misma. Y qué exquisita y elegante es la elegida para la misma. Podría sugerirte a ti lector que estás leyendo esta reseña que cuando te encuentres a lo largo de la narración con las canciones que nos encontramos en La chica a la que no supiste amar, las busques y te pares un momento para escucharla antes de continuar. Disfrutarás aún más de la lectura.

A lo largo de la novela te encuentras con el bien y el mal, con la vida y la muerte, con la dicotomía que siempre nos encontramos en la vida, que para que exista el negro tiene que existir el blanco y todo es así. Se tratan temas como el abandono, la muerte y las reflexiones a lo largo de toda la novela y siempre alrededor de los dos personajes que me han cautivado que son Blessing y Roures. Hasta que llegamos a un capítulo que rompe moldes como es el veinticuatro llamado Orfandad donde sale el lado más humano.

“Quien hace lo que puede no está obligado a más”

Hay una técnica que me gusta mucho y que se utiliza tanto en las novelas como en las películas y es utilizar el nombre del título por el que es llamado en este caso La chica a la que no supiste amar y que Marta nombra a lo largo de la trama, de una manera u otra no solo te vas a encontrar el título en la portada si no también a lo largo de la novela, porque Marta le hace referencia en varias ocasiones.

Amiga de sus amigos, no podría dejar de aparecer algunos de ellos en la novela como son Pérez Reverte, Javier Marías o Vargas Llosa, que los ubica en un encuentro literario dentro de la novela. Así como la referencia a la poesía y prosa de Zanón.

 “La memoria suele sacarse de la manga lo que le da la gana y convertir unas cosas en otras”

Si hubiera que dejar un mensaje de reflexión hacia esta novela y tras compartir impresiones con Marta diría que es un libro en el que el lector descubre a mujeres de carne y hueso, iguales a nosotras, pero con peor suerte. Más allá de la trata, sobre la trastienda de la sociedad, sobre la trastienda de cada uno de nosotros.

“La literatura es a veces mucho más apasionante que la realidad”

Para finalizar comentar lo que te vas a encontrar a final del libro. Las notas de la autora en las que explica que se entrevistó con cinco mujeres nigerianas, cuyos testimonios le encogieron el corazón. Consideraba imprescindible hablar con ellas y escuchar su testimonio para poder construir el personaje de ficción de Blessing con todo el rigor y la contundencia precisos. Llevaba muchos años con la idea de escribir una novela sobre la trata en la cabeza, pero fue cuando se dio cuenta de que la ficción puede conmover más que la realidad cuando finalmente se decidió a hacerlo. El ejemplo de la lucha contra la trata de Mabel Lozano-cuyo primer libro editó la propia Marta-, de Rocío Mora -a la cabeza de APRAMP- y del comisario de la UCRIF José Nieto- fueron imprescindibles para que se decidiera a poner también su granito de arena.

Y como “es de bien nacido ser agradecido” no podían faltar los agradecimientos al final de la novela con un índice con los nombres de los capítulos. Así como los títulos de las canciones que ha utilizado a lo largo de su novela.

Reseña del libro La chica a la que no supiste amar de Marta Robles
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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