Situada en las faldas de Sierra Morena, La Carolina es la capital de las Nuevas Poblaciones. La Carolina posee una ordenada trama urbana que le ha valido el apelativo de Joya Urbanística de Andalucía. La calle Madrid baja hasta la plaza de los Jardinillos, una hermosa ágora decimonónica decorada con casonas de estilo colonial. La plaza del Ayuntamiento está presidida por la Casa Consistorial y por la Antigua Cárcel, erigidas a principios del siglo XIX. De este rectángulo urbano parten dos calles: Jardines y Real.

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En toda la comarca minera se pueden encontrar restos de arqueología industrial de elevado interés, algunos ejemplos únicos en el mundo. Este conjunto disperso de edificios, estaciones de ferrocarril, casas de máquinas, chimeneas, cabrias y caminos, explican la historia de una de las zonas del sur de Europa en las que se desarrolló la Revolución Industrial, donde convivieron comunidades inglesas, belgas, francesas y españolas.

Esta combinación de historia y aprovechamiento de recursos naturales es un pretexto inmejorable para realizar visitas al paisaje de las chimeneas, al paisaje que da la bienvenida a los visitantes que llegan a Andalucía desde el norte.

DISTRITO MINERO

Si en la antigüedad fue un importante centro productor de plata y plomo, no menos importante e interesante es la minería en los siglos XIX y XX, que terminan de modelar el paisaje y constituyen un excepcional patrimonio industrial y etnográfico. El crecimiento de La Carolina como ciudad se debe a este empujón de la minería, lo que se manifiesta hasta en la arquitectura, la estratificación social asociada a barriadas y el ensanche urbanístico.

Los países europeos que abanderan la Revolución Industrial demandan gran cantidad de materias primas minerales, y ponen de nuevo su mirada en el antiguo distrito Linares-La Carolina. La eliminación de los estancos y monopolios del plomo a principios del siglo XIX había favorecido que la iniciativa privada se dedicase a laborear antiguos escoriales, socavones y pozos de mina. Hacia mediados de aquel siglo aparecen en La Carolina pequeñas sociedades de propietarios, que pronto serán absorbidas por las grandes compañías mineras que arriban en la segunda mitad del XIX (Los Guindos, Real Compañía Asturiana de Minas, Castilla la Vieja y Jaén,…etc.). La Ley de Bases de la Minería de 1868 favoreció la entrada de capital y de inversores extranjeros, de manera que se forman grandes consorcios mineros bajo manos de ingleses, alemanes, belgas y franceses.

Hacia finales del siglo XIX y principios del XX el distrito Linares- La Carolina se mantuvo como primer productor mundial de plomo, alcanzando máximos históricos en población, en desarrollo de infraestructuras, en influencia política y en actividad económica. Todo ello a costa de la salud del minero que estaba expuesto a la fatídica silicosis, a accidentes y a unas condiciones de trabajo y de vida muy duras y exigentes, en un distrito minero de nivel mundial pero donde la mecanización y las mejoras extractivas en el interior no llegaron hasta la década de 1970.

La segunda mitad del siglo XX experimentará un continuo descenso de la actividad a causa de la bajada de los precios en relación con los costes. De manera que se van abandonando las concesiones a la par que queda mucha mano de obra en paro que tiene que emigrar a otros centros industriales o a las grandes capitales. En 1985 cerró el Pozo Guindo, y finalizó una etapa de esplendor que transformó profundamente el paisaje y las gentes de La Carolina, sus fiestas y sus costumbres.

La situación de desamparo se palió en parte con la aplicación del Plan Jaén a principios de los sesenta que supuso la industrialización del distrito, que ha sido hasta ahora su principal actividad económica.

CAMPO DE BATALLAS

La abrupta orografía y naturaleza favorece la defensa y el control militar del terreno y de los pasos que coronan la sierra y atraviesan el desfiladero de Despeñaperros desde una posición dominante. Lo que se une a la riqueza de plata y plomo para convertir a esta Comarca Norte de Jaén en escenario de grandes y decisivas batallas en la historia de España y de Europa, como las Segundas Guerras Púnicas (218-201 a.C.), Navas de Tolosa (1212) y Bailén (1808).

BATALLA NAVAS DE TOLOSA

En mayo de 1212, Alfonso VIII, rey de Castilla, había logrado reunir en Toledo un gran ejército gracias a la habilidad diplomática del Arzobispo Jiménez de Rada que consigue la declaración de Cruzada del Papa Inocencio III contra la amenaza islámica de los Almohades lanzada por Al Nasir. Junto a las huestes de Pedro II de Aragón y varios contingentes ultramontanos del Sur de Francia, templarios y el Arzobispo de Narbona, se inicia la cruzada a la que se une Sancho VII de Navarra y unos pocos leoneses y portugueses (en guerra con Castilla). El viernes 13 de julio de aquel año, logran tomar el Puerto del Muradal y el castillo de Castro Ferral, plantando cara por primera vez al superior ejército del Miramamolín (Príncipe de los Creyentes). En clara desventaja se han de enfrentar a unas tropas bien posicionadas en los altos y pasos de la sierra, por lo que las indicaciones de un lugareño pastor serán providenciales para asentar el campamento y plantar batalla. Lo que tendrá lugar el lunes 16 de julio, siendo una victoria épica para las armas cristianas, un punto clave en la Reconquista y un hito en la Historia. En los días sucesivos se tomaron Tolosa y el resto de castillos roquedos, incluyendo las plazas de Vilches, Úbeda y Baeza.

DESIERTO ESPIRITUAL

Hacia la segunda mitad del siglo XVI, el vecino de Baeza, Alonso Sánchez Chacón, entrega un cortijo y unas tierras que tenía en la conocida como dehesa de Martín Malo a los frailes Alonso de Coca y Diego Hernández, ambos discípulos del beato Juan de Ávila, que bajo la dirección espiritual del Padre Nuñez Marcelo crean una comunidad de religiosos, que pronto adquirió fama de santidad por los rigores bajo los que vivían aquellos eremitas. La ciudad de Baeza les da una repartición de tierras de 40 fanegas, reuniendo patrimonio suficiente para, animados por fray Gabriel de la Concepción,  fundar en 1573 el Convento de La Peñuela, adoptando la regla de los Carmelitas Descalzos, que coetáneo al de Granada son las primeras fundaciones del Carmelo Descalzo en Andalucía.

Hacia 1578, la comunidad se ve obligada a trasladarse a un espacio más salubre y amplio y se inicia la construcción de un nuevo convento a un tiro de piedra del antiguo oratorio (hoy Ermita de San Juan de la Cruz). Están en obras cuando reciben la visita de fray Juan de la Cruz en octubre de aquel año, que va de paso hacia su nuevo destino como prior del Convento de El Calvario en Beas de Segura. Desde ese momento se establecerá una estrecha y afectiva relación entre La Peñuela y Juan de la Cruz, siendo sus breves estancias un refugio, un remanso de paz y un desierto espiritual. Aquí, en este rincón despoblado de la sierra, casi desconectado de todo, no pudo por menos el Santo que desear quedarse cuando es enviado por sus contrarios y superiores al olvido y al destierro en 1591.

« Mañana me voy a Úbeda a curar de unas calenturillas, que, (como ha más de ocho días que me dan cada día y no se me quitan) paréceme habré menester ayuda de medicina; pero con intento de volverme luego aquí, que, cierto, en esta santa soledad me hallo muy bien.»

SAN JUAN DE LA CRUZ A DOÑA ANA DE PEÑALOSA. LA PEÑUELA, 21 DE SEPTIEMBRE DE 1591

El contacto con la naturaleza es una fuente de inspiración que se refleja en sus obras y escritos, y aquí pudo hacerlo como en ningún otro sitio. Su estela de santidad quedó tan impresa en estas tierras, que cuando en 1767 llegan los colonos alemanes con Pablo de Olavide para fundar las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía, a pesar de que se expropia el convento a los carmelitas y sobre él se construye el Palacio del Intendente y se amplía la capilla para la nueva Parroquia de la Inmaculada, los frailes fieles a su devoción por San Juan de la Cruz traspasan el testigo a los nuevos pobladores, que erigen al Poeta y Doctor de la Iglesia como su Santo Patrón y protector, constituyéndose la primera, y hasta hace bien poco, única Hermandad bajo la advocación de San Juan de la Cruz.

NUEVAS POBLACIONES

El sitio en que se ha fundado este lugar, capital de las Poblaciones de Sierra Morena, se llamaba La Peñuela, en tiempo que no había en él otra cosa que un pobre y reducido convento de carmelitas, rodeado por todas partes de la maleza en que las fieras se abrigaban. Hoy se ve en él un lugar que se distingue de todos los de España […]

PABLO DE OLAVIDE A MIGUEL DE MÚZQUIZ (1770)

El 5 de julio de 1767, Carlos III firmaba la Real Cédula del Fuero de Población que contenía las instrucciones para levantar nuevos pueblos en Sierra Morena y Andalucía. Con Pablo de Olavide al frente, se funda la Real Carolina como capital de aquella nueva provincia que nacía en España, para ser el modelo por el que irradiar las reformas económicas y sociales que propugnaba el Gobierno ilustrado de Aranda, Campomanes y Múzquiz. Más de 8.000 colonos extranjeros, serán conducidos desde Centroeuropa a estas Nuevas Poblaciones por el bávaro Thurriegel. Nuevos pobladores que iban a recibir suertes de tierra, casas, simientes, herramientas, aperos, ganado y una serie de exenciones fiscales y subsidios hasta ser autosuficientes. Constituyen las Nuevas Poblaciones, un ejemplo de ordenación sobre el territorio, de colonización y asentamiento perfectamente planificada, de parcelación minifundista de cultivos y de reforma agraria; y también gozarán de las aplicaciones más modernas, como hospitales y medicamentos para los colonos, enseñanza primaria obligatoria y gratuita para los menores, chicos y chicas, así como otras ventajas sociales que transforman a una población hambrienta en pequeños propietarios.

La feligresía de La Carolina se levanta a partir del antiguo Convento de La Peñuela, y contará en su término con las poblaciones de Navas de Tolosa, La Fernandina, La Isabela, Vista Alegre, Ocho Casas y Seis Casas (estas últimas hoy reducidas a cortijadas). Su progreso y desarrollo fue evidente y ejemplar, siendo comentado por toda Europa. Pero pronto sufrirá la oposición y la ira del Antiguo Régimen, en un orquestado escarmiento que se representa en el auto de fe de la Inquisición contra Olavide. Aunque las colonias pierden a sus padres protectores, el Fuero les permitió seguir creciendo y ser pueblos felices, hasta que la Guerra de la Independencia Española en 1808 vuelve a exigir el precio de ser un punto estratégico en la Puerta de Andalucía y se paraliza su progreso ante el esfuerzo de guerra. Apenas pudieron recuperarse estas poblaciones en la primera mitad del XIX, y una vez abolido el Fuero el 5 de marzo de 1835 sufren grandes pérdidas con las desamortizaciones, se desfigura el parcelario de suertes y en el caso de La Carolina, se producirá una brusca transformación por la emergente actividad minera.

EXPOSICIÓN

ARQUEOLOGÍA

Reúne una completa colección de materiales fabricados y empleados en la antigüedad más remota, pudiéndose admirar la evolución tecnológica en la industria lítica, la cerámica, el arte y los metales, así como conocer su vida cotidiana. Destacan las piezas del Neolítico por la admirable perfección que alcanzaron en la talla de la piedra, y la colección de Cultura Ibérica que cuenta con una rica variedad de cerámicas decoradas, exvotos, armamento y falcata, monedas y reconstrucción de enterramientos masculino y femenino.

La llegada e invasión de cartagineses y romanos a estas tierras, atraídos por su situación estratégica y riqueza minera en plata y plomo, ha dejado tal cantidad de restos arqueológicos y testimonios que se han seleccionado los más significativos para mostrar al visitante desde objetos cotidianos a elementos arquitectónicos.

Bajo el actual Polígono Industrial Aquisgrana, al Este de la localidad, hubo un poblado dedicado a la fundición del plomo y la plata, que al parecer se abandonó en época visigoda, despoblándose la zona.

BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

Se llega así a la Edad Media, con escasa población hasta que los avances de la Reconquista cristiana obligan a levantar castillos y líneas defensivas, que alcanzarán fama por la célebre Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, de la que se exhiben piezas originales (puntas de flecha, de lanza, virotes, chuzos, puñales, herraduras, espuelas, abrojos, etc.).

Aún quedan en pie los restos del castillo de Tolosa, mirando a los pasos de Sierra Morena y guarneciendo el término de La Carolina. Olavide dió el nombre de Navas de Tolosa a la nueva población que ordenó levantar junto a la Venta de Linares y cercana al castillo en honor y memoria perpetua de la épica batalla, que hasta el día de hoy se recuerda con multitud de actividades culturales.

NUEVAS POBLACIONES

El Gobierno ilustrado del rey Carlos III apuesta decididamente por un programa de reformas para paliar la crisis de subsistencias, aumentar la producción, mejorar infraestructuras en los caminos, incrementar la población y modernizar la nación en todos los sentidos.

En 1767 nacen las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía, de las que La Carolina será su capital y buque insignia, para ser modelo y ejemplo de aplicación a todas las de España. Se levantan nuevos municipios perfectamente planificados con colonos centroeuropeos, a los que se les conceden tierras, casa, herramientas y toda una serie de medidas de fomento, en el que posiblemente sea uno de los proyectos más emblemáticos del siglo XVIII en España y Europa.

En esta sala podrán conocer con detalle la fundación de estos municipios, sus protagonistas, su singular trazado y concepción, la vida de los colonos y el importante patrimonio histórico que atesoran.

MINERÍA

A lo largo del siglo XIX se reactiva la actividad minera en La Carolina, pasando a ser junto a Linares un enorme distrito minero que a principios del XX será primer productor mundial de plomo. Rápidamente alcanza el rango de ciudad al ser un potente foco de atracción de mano de obra. El paisaje y el entorno se transforman profundamente mostrando una imagen totalmente industrializada con la tecnología más avanzada del momento.

Cambia su aspecto urbano, sus gentes, sus costumbres y fiestas (ahora dedicadas a Santa Bárbara, patrona de los mineros), todo ello a costa del duro esfuerzo y sacrificio de los mineros. En este ámbito podrán conocer cómo fue la actividad minera y sus repercusiones en el distrito, a partir de paneles explicativos, fotografías y diagramas, maquetas, herramientas e instrumentos, interactivos e incluso una reproducción a escala real y visitable de un frente y galería de mina. Toda una experiencia que sobrecogerá al visitante.

VISITA

Las visitas, tanto a la exposición permanente como a las temporales, se pueden realizar individualmente o en grupo y a elección del/os usuarios la visita puede realizarse con o sin guía.

Se solicitará la visita guiada mediante la cumplimentación del formulario de reserva, que para grupos y en fines de semana o festivos será al menos de 15 días y un mínimo de 3.

NORMAS

Los bienes que se exponen en el museo forman parte del patrimonio cultural y su conservación interesa a todos, por esta razón se recomienda observar las siguientes normas generales:

  • No realizar fotografías con flash.
  • No consumir comidas y bebidas.
  • No tocar las piezas.
  • No apoyarse en las vitrinas.
  • No entrar con animales, salvo perros guía.
  • Silenciar su teléfono móvil.
  • Dejar mochilas abultadas en consigna.
  • Respetar las señales de accesos.
  • Mantener un tono de voz bajo para no molestar al resto de visitantes.
  • Seguir y respetar las indicaciones del guía y del personal de sala.
  • No reproducir, distribuir o vender fotografías realizadas en el Museo sin el permiso del mismo.
  • Para más información o cualquier consulta dirigirse al personal de recepción.

ACCESIBILIDAD

  • Señalización exterior con información general.
  • Señalización interna de situación, horarios y direcciones de contacto.
  • Información sobre régimen de entrada, tarifas, servicios, quejas y sugerencias.
  • Señalización de salidas de emergencia, y de dispositivos de alarma y extinción de incendios.
  • Punto de información presencial y recepción situado en la zona de acceso al público, donde se gestiona la entrada, se indican los servicios del museo y la oferta cultural.
    – Folletos informativos con indicaciones de recorrido e información general (actualmente en español e inglés).
    – Atención de reservas para entradas y visitas guiadas para grupos.
    – Para personas con discapacidad cuenta con: accesibilidad total para personas con discapacidades motoras, debido a la ausencia de barreras arquitectónicas; aseos adaptados; rampas y ascensor para personas con movilidad reducida.

CONSULTAS

Para consultar cualquier aspecto relacionado con la reserva o el régimen de visitas, el contenido, desarrollo, duración y precio de las mismas no dude en contactar con nosotros a través del teléfono 953 66 20 81 o en el correo electrónico museolc@lacarolina.es

HORARIO MUSEO

De martes a viernes

Mañanas: 10.00 a 13.00h

Tardes: 18.00 a 21.00h

Sábados

Mañanas: 10.00 a 14.00h

Tardes: 18.00 a 21.00h

Domingos y festivos

Mañanas: 10.00 a 14.00h

ACTIVIDADES

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CARTA DE SERVICIOS

El Museo de La Carolina se concibe y se ofrece como un servicio público cualificado con un papel destacado en las perspectivas de desarrollo social, cultural y económico de la población local. El usuario es el destinatario final, el protagonista y el factor activo del museo, lo que supone desarrollar y aplicar las medidas adecuadas para cumplir el objetivo fundamental de atender a un público cada vez más diverso e interesado en la oferta de los recursos culturales de Andalucía. Como servicio público, ha de regirse, entre otras, por la legislación y normativa vigente en materia de museos [Ley 8/2007 de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía, y en concreto en su Título III,

Capítulo I], en la de Régimen Jurídico de las Administraciones públicas y de Procedimiento Administrativo Común [Ley 30/1992] así como en las políticas, planes y estrategias de las administraciones para la gestión de los servicios públicos y mejora del bienestar y calidad de vida de la sociedad andaluza. El usuario que accede a las instalaciones y servicios del museo lo hace en ejercicio de su derecho de acceso a la cultura y a los bienes públicos y su disfrute, teniendo el Museo de La Carolina que facilitar, adecuar, mejorar y modernizar la prestación de sus servicios públicos.

BIBLIOTECA

El Museo de La Carolina cuenta con una biblioteca especializada en todo tipo de publicaciones relacionadas con la temática y ámbito del museo, destacando historia local y provincial, arqueología, numismática, Nuevas Poblaciones (s. XVIII), y geología y minería. Resaltar que entre las publicaciones que posee, se ha conseguido reunir ediciones ya descatalogadas de autores locales y provinciales, así como volúmenes y manuales de ingeniería minera y estudios geológicos antiguos.

Además de ser una fuente documental de información de consulta para los distintos trabajos internos (investigación, clasificación, catalogación, estudio, y divulgación), se concibe como un servicio público accesible a cualquier persona interesada en consultar sus fondos. Cuenta con una sala de unos 40 m², donde hay habilitados 3 puestos de consulta con equipos informáticos, conexión a internet y red inalámbrica wifi libre y gratuita. Tiene disponible una mesa de juntas con capacidad para 10-12 personas.

CONSULTA DE FONDOS

El Museo de La Carolina facilitará el acceso a la contemplación y el estudio de sus fondos a las personas interesadas en investigarlos y, en general, a todas aquellas que justifiquen un interés científico, pedagógico, divulgativo, ó una relación administrativa (depositarios, donantes, colaboradores, asesores, etc…), sin perjuicio de las restricciones motivadas por razón de la conservación de los bienes, del normal desarrollo de las funciones y servicios del centro, y protección de datos de carácter personal.

Los Fondos Museográficos del Museo de La Carolina están compuestos por diversas colecciones (paleontológica, mineralógica, arqueológica, minería y colonización). Su acceso se facilita en dos espacios específicos para su consulta y estudio: en el Almacén (para aquellos que se encuentran allí depositados; en el Laboratorio de Conservación/Restauración (para los que hayan de ser movidos de su ubicación habitual).

La consulta de los Fondos Documentales y de Archivo, se realizará en la Biblioteca, disponiendo de todo lo necesario para realizar su labor. El servicio que prestará el museo incluye el acceso a la información y a la documentación objeto de interés, acceso y uso a los instrumentos de gestión archivística y documental (índices, cuadros de clasificación, bases de datos), así como la debida asistencia en orientación y asesoramiento.

DIGITALIZACIÓN Y REPROGRAFÍA

El Museo de La Carolina dispone de un Laboratorio de Fotografía y Digitalización, equipado con un equipo informático de alto rendimiento y capacidad, diversos escáneres, impresoras multifunción y un plotter de inyección de tinta capaz de imprimir en distintos tipos de soporte y tamaños.

INVESTIGACIÓN

Es fundamental para el desarrollo de todas las funciones museísticas, constituyendo la base principal para el conocimiento de cualquier campo, materia o especialidad presentes en el museo, así como para la reflexión sobre las metodologías, principios y criterios que deben aplicarse.

Permite conocer los fondos del museo y ponerlos en su contexto e, igualmente, conocer el contexto de referencia permite determinar, según diferentes criterios, la relevancia de los fondos, así como la selección de los que son afines o preferentes para el ámbito y temática del museo.

Es determinante para establecer las medidas de conservación que deben adoptarse para su preservación y para poder elaborar los contenidos de las exposiciones y de otros soportes divulgativos. Este conocimiento suministra las claves asociativas que permiten contextualizar los objetos, dotándolos de significados y de medios didácticos para mostrarlos.

Por ello, será una función básica para el museo:

  • Investigar, buscar, obtener, actualizar, interpretar, analizar, razonar y explicar información sobre los fondos y los contenidos del museo.
  • Elaborar y suministrar información útil de carácter científico, metodológico y práctico al resto de áreas y departamentos para que se cumplan óptimamente las funciones y objetivos del museo.
  • Realizar investigaciones en el área de su competencia y emitir los informes científicos que le sean solicitados, incluyendo la recogida y registro de datos referentes al contexto de los objetos, por medio de trabajos de campo y, en su caso, acopio de esos mismos objetos en orden a su Preservación y defensa.
  • Publicar y difundir los resultados de las investigaciones del museo, y supervisar el contenido científico de cualquier otra publicación del centro.
  • Desarrollar la argumentación científica que estructura y explica la interpretación cultural de los fondos, del discurso científico y del discurso expositivo.
  • Contribuir en el estudio, ordenación e interrelación de los fondos.
  • Estudiar las necesidades científicas de incremento de los fondos.
  • Colaborar en programas de investigación de instituciones ajenas al museo en el área de su competencia.
  • Prestar servicio de asesoramiento e información a los investigadores en lo referente a los fondos del museo en el ámbito de su especialidad.
  • Estar al tanto de programas, trabajos y estudios de investigación cuyos contenidos y conocimientos puedan tener aplicación y aprovechamiento en el museo.

PATRIMONIO LOCAL

El Museo de La Carolina se está consolidando como un centro de referencia para la atención de todo tipo de solicitudes y demandas de información sobre el Patrimonio Local. Por un lado, reúne, estudia, exhibe y divulga el patrimonio histórico y cultural del municipio, dedicándose a la preservación y conservación de los bienes y elementos materiales e inmateriales que contribuyen a la interpretación de los distintos periodos históricos que se han sucedido en este rincón de Sierra Morena, mostrándolos a todos los públicos. Y por otro lado, promueve y apoya cualquier investigación, estudio o trabajo en el que figure o se mencione el patrimonio local.

Prueba de ello es el creciente número de solicitudes de investigadores, alumnos de grado y postgrado, de centros educativos, de instituciones y de ciudadanos que recurren a este museo para hallar documentación, testimonios, asesoramiento, recursos y orientación.

Puede decirse que el museo de La Carolina está activamente contribuyendo al desarrollo cultural del municipio y comarca, y se está convirtiendo en su principal activo en la gestión del Patrimonio Histórico local.

CESIÓN DE ESPACIOS

La utilización de determinados espacios del Museo de La Carolina se regula por el Artículo 4, Apartado 2 de la Ley 8/2007 de Museos de Andalucía: «Los museos podrán realizar otras funciones de carácter cultural cuando cuenten con las instalaciones adecuadas y sean compatibles con el normal desarrollo de las funciones que les corresponden según esta ley».

Podrá hacerse uso de espacios del Área Pública, como el patio, para la realización de conciertos, representaciones teatrales, entregas de premios, ceremonias, exposiciones, talleres y diversas actividades culturales. También se cederán espacios del Área Interna, como la biblioteca, como sala de reuniones a instituciones, asociaciones, colectivos, comisiones y grupos de trabajo.

Contacto

Dirección

Museo: Plaza de la Iglesia s/n.

Oficinas: C/ Convento, 5

23200 La Carolina (Jaén)

953 662 081

museolc@lacarolina.es

info@museolacarolina.es

Redes Sociales

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Enlaces de Interés

Encuesta de satisfacción Museo La Carolina

Encuesta de satisfacción recorrido La Carolina

Ayuntamiento de La Carolina

 

(información extraída de https://museolacarolina.es/, https://turismolacarolina.com/ y https://www.turismocomarcanortejaen.com/la-carolina/)

Conoce el complejo de La Carolina y su Museo en Jaén
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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