La última novela de María Dueñas y publicada por la Editorial Planeta titulada Por si un día volvemos es una historia de amor, huida, desesperanza, pero sobre todo lucha, lucha por la supervivencia de una mujer que no se dio por vencida en un Orán de los años 20. Una novela escrita con mucho cariño y mucho respeto dedicada a la memoria de A. Kerrigan y que la introduce una serie de frases de personajes ilustres entre los que destaca Dr. Bernard, Albert Camus entre otros.
El libro se estructura en dos partes claramente diferenciadas y a su vez subdividido en pequeños capítulos para terminar con una nota de la autora totalmente necesaria para la novela que tenéis entre manos porque María ha dedicado mucho tiempo a esta novela y se nota, además de que la documentación ha sido a mi entender un trabajo tedioso para ubicar a los personajes y sus circunstancias en el lugar adecuado.
Desde el primer capitulo conocemos a nuestra protagonista principal de la que no sabemos su identidad hasta más adelante. Conocemos cómo viste, además de que es ella la que nos va a contar la historia en primera persona. Es una mujer que acaba de ser violada y no duda un momento en asesinar al causante del daño y escapar. A través de las letras de María sabemos como son esos primeros momentos y de la necesidad de irse lejos para no pensar en nada, está sola y aprovecha para “colarse” como Cecilia Belmonte Torres en el pasaje entre Cartagena y Orán el 9 de noviembre de 1927.
Desde el primer momento y de la mano de María vamos a ver cómo la mujer se va sobreponiendo frente a los obstáculos que la vida le va presentando superando miedos y tomándose la justicia por su mano, pero también escuchamos sus reflexiones en silencio incluso llegando al reflejo en la cara de las personas. Es una mujer que llega a Orán y no tiene nada mas que a ella misma, no sabe donde ir, no conoce el idioma, pero se deja llevar por lo que ese país tiene para ella. Lo primero que se le ocurre es subirse a un carretón camino a Sidi Bel Abbès. Allí conocemos a uno de los primeros personajes que se va a cruzar en el camino a Encarna Molina una vecina de El Esparragal que busca a su marido y del que no sabe si está vivo o muerto.
Cecilia llega con lo puesto y sus apariencias no son muy buenas de primeras, va con ropa andrajosa y debe buscar trabajo de lo que sea para sobrevivir, pero en ningún momento va a contar de donde viene realmente. No es de extrañar que la autora nos ponga personajes que le apoyen y que den la cara por ella.
Los siguientes que conocemos son G. Hernández y a Hicham. De la mano de ellos la autora aprovecha para hacer una cierta crítica a que las mujeres cobran menos en el trabajo por la calidad de ser mujeres y que en el trabajo se les separa por europeos y árabes. Conocemos los primeros trabajos de Cecilia y de la mano de G. Hernández palabras del campo como ferma.
Dueñas cada vez que aparece un personaje nos lo describe con una gran cantidad de detalles incluso con lo que piensan y lo que están haciendo a lo largo de su aparición en la novela. Ahora es el momento en que un segundo hombre quiere aprovecharse de Cecilia y otro hombre va a su ayuda, el problema es que la han dejado embarazada. Es acogida en Casa Eladio donde a pesar de su mal aspecto la acogen y le dan cobijo. Su niña se va a llamar Marie y para otras personas ajenas a Cecilia es necesario cristianizarla.
Tras pasar por múltiples trabajos, a Cecilia le sale un trabajo que le va a salir caro por muchos aspectos, vemos el lado oscuro de la iglesia y la transformación de las personas cuando hay dinero de por medio en la Mansión Favager. A partir de ahora va a vivir en un lugar donde la riqueza es su compañía para conocer también a Corporala. Entre ella y Madame Brun le ayudan a asearse y la autora nos lo relata a través de palabras relacionadas con la suavidad, la ternura y la delicadeza. Pero su trabajo es amamantar a un hijo que no es suyo y debe separarse de su hija. Cecilia se siente confundida al separarse de su hija y debe buscar a alguien que se ocupe de la niña con tal de que no la lleven, al final es Sufia quien se queda con ella. Pero mientras Cecilia hace lo posible a escondidas por mantener el contacto con su hija. La autora nos retrata muy bien el sentimiento de culpa que siente nuestra protagonista.
De nuevo se tiene que sobreponer y roba cosas que le ayudan a subsistir de la casa rica, se siente aturdida y cansada porque se encuentra otra vez en una ciudad sola y sin conocer a nadie. Se lleva lo que cree que le corresponde ya que no le han pagado por sus servicios. Es momento de reflexionar y de pensar qué hacer con su vida a partir de ahora y orientar su futuro de otra manera. No es casualidad que se cruce con una empresa Bastos pero necesita los papeles por lo que de nuevo tiene que hacerse pasar por alguien muerto para conseguirlo. La empresa se dedica a la fabricación de tabaco y de nuevo la crítica está presenta a la hora de afirmar que hay un ambiente malo a pesar de ser una gran empresa. Allí conecta con otra chica llamada Catherine y empezamos a adentrarnos en la historia de Argel contra Orán y viceversa
Ahora se enfrenta otra situación dolorosa para Cecilia ya que se le propone actuar en un plan de contrabando y por qué la elige a ella a lo que Cecilia se pregunta ¿qué tienes que perder? Ella para lo poco que llevamos de novela ya se ha metido en muchos líos y no tiene necesidad de meterse en más, es momento de que le viene temores y recuerdos pasados. Pero no todo en la novela va a ser malo un personaje masculino va a hacer que Cecilia se sienta segura y acompañada, es Rafael un albañil para el que la vida también ha sido dura y que va a estar en todo momento a su lado. De la mano de Catherine conocemos la buena cocina con el arroz brut heredado de la familia y también los abusos que es lo que creo que les hace conectar a ambas. Ya que su vida también ha sido dura. El trío formado por Catherine, Cecilia y Rafael se caracterizan por ser ingenuos, pero vigilándolos tienen al Sr. Lagarde guardián de la mansión Bastos.
Cecilia es engañada y es “obligada” a casarse con Lagarde, a pesar de que ha sido un craso error ya que lo ha hecho para que el señor no se sienta solo. Pero ello conlleva a muchos cambios en su vida entre ellos el de trasladarse de ciudad : a Gambetta y de cambio de trabajo. Ahora Cecilia se dedica a tareas del hogar y no se relaciona con nadie excepto cuando va a la compra, a la pescadería donde coincide con un personaje entrañable Le Clerc que también va a ayudar a nuestra protagonista. También estamos en una etapa de guerra y el mundo en general tiene miedo, además en más de una ocasión vemos a sus personajes leyendo la prensa.
Debido a su situación Cecilia no aguanta más y una fortuita casualidad le hace volver a coincidir con alguien de la familia de Rafael, por lo que su plan es de nuevo la huida. Lo que quiere Lagarde es tener una mujer para sus satisfacciones y le molesta mucho que su mujer haya aprendido a leer y a escribir, además de que no la respeta. Los caminos de Rafael y Cecilia se separaron y ahora ve a un Rafael que se va a casar, lo que le parte el corazón a Cecilia.
Con Rafael vuelve al presente y se siente en paz, pero de nuevo su verdugo quiere alejarle de nuevo de todo y quiere de nuevo realizar un traslado, cada vez mas lejos. Cecilia se refugia en Clerc gran apoyo a lo largo de toda la novela a quien considera su mirada-espejo al igual que con Rafael a quien pone al tanto de todos sus cambios en su vida. Ellos se siguen queriendo pero ambos han rehecho su vida. Cecilia quiere vivir su vida y contrata a un sicario para darle un susto a su actual marido.
Es con ello con el nuevo comienzo donde empieza una segunda parte llena de valentía donde vemos a una Cecilia empoderada, libre, segura y que va a trabajar en una empresa de jabones, conocemos a sus dueños y el barrio donde viven, así como lo que sucede en España mientras las mujeres venden jabón de manera clandestina en la calle. Es momento de devolver a la vida lo que la vida le ha dado a ella y es momento de conocer a Casilda. Su refugio es una habitación donde se aloja y también se va a convertir en su almacén de trabajo donde deben llevar mucho cuidado porque la ciudad esta sitiada de muchos policías. Conocemos Ricardo Salazar un español exiliado en el fin de la guerra al que no saben dónde ubicarlo y su mujer la Señora Martín. Es Cecilia quien le va a echar una mano y este le da un paquete con una sorpresa en su interior.
Para sorpresa del lector, la autora vuelve a poner a Cecilia al frente de Rafael y de su mano conocemos a modo de crítica las miserias de la guerra y el beneficio que se saca en ellas. Es un momento en que Francia ha caído en manos de la Alemania de Hitler, pero ella se aventura y abre el negocio en 1940 bajo la marca Savon de l’Oranie. La autora nos cuenta cómo se encuentra Orán y el accidente entre Casilda y Simón.
También conocemos a Azoulay de quien Cecilia va a aprender mucho. La guerra se recrudece y las cosas se complican además de vivir en días angustiosos, Orán es una ciudad que se ha llenado de militares pero también hay mucho trabajo. Cecilia debe cuidar a la gente que ha estado apoyándola en todo momento a pesar de vivir en un mundo ajeno al suyo. Tras la adquisición de la tienda, Cecilia debe ponerse en marcha para conocer los jabones de todas partes y analizarlos para dar el mejor producto, pero en el día a día una voz familiar le saca de su centro.
Es momento de que las mujeres tomen el mando y luchen porque su empresa salga a flote. En una cena de negocios Cecilia conoce a Jean Pierre Aubert que se casa con ella en 1952, de primeras parecen tener una relación feliz hasta la llegada de su hijo Fabien y que Aubert derrocha mucho dinero quien gasta mucho debido al éxito de la empresa. De nuevo un abogado se pone en contacto con Cecilia para decirle los graves problemas económicos por lo que atraviesan y que debe alejarse de él. De la mano de Fabien, la autora nos pinta la sociedad de la época en forma de persona, a través de sus malas maneras, su homofobia y su manera de hablar déspota.
Cecilia se siente agotada, no le quedan ganas de seguir luchando y es por ello que acude al único hombre que le ayudó y que estuvo con ella. Se reúnen en el mejor hotel de Orán y a la llegada a su casa Fabien le comunica que su abuelo ha muerto y debe irse a Marsella, por lo que Cecilia se encuentra sola de nuevo y puede elegir cómo vivir su vida.
Argelia ahora está al lado de Francia no detrás de ella, pero poco a poco está muriendo. Es en el capitulo 89 donde se nombra al titulo de la obra Por si un día volvemos y a partir del 90 de los 98 capítulos que hay, comienza el declive de la empresa, en la que Cecilia se hace preguntas sin respuestas al lado de Rafael. El cierre se lleva a cabo el 20 de abril de 1961 y es momento de conocer a unan organización clandestina llamada OAS y la violencia se mete en su casa de la mano de Fabien poniéndola en riesgo. Ambos protagonistas Cecilia y Rafael se refugian en el cine donde están haciendo West Side Story. Imagino que una película del estilo de gustos de la autora.
Pero la paz va a llegar pronto a sus vidas en 1962 donde se declara el alto al fuego, su casa se encuentra revuelta, recoge algunas cosas y se va, otra vez de huida. Las familias españolas huyen y admiten solo a españoles para embarcar para España. Ahora están siendo repatriados y su destino es empezar la vida desde 0 pero con nuevas esperanzas.
Para finalizar, la autora cierra con una nota en el que nos explica de donde ha extraído los datos que se citan en la novela y agradece a las personas que le han dado testimonios de primera mano y vinculadas a la Argelia francesa. Agradece también a los investigadores y a los colaboradores. Conocemos las fuentes consultadas para la realización de la novela y las obras que le han ayudado así como las memorias sobre el exilio republicano. También hay información sobre la banda OAS y las hemerotecas que consultó. Por último, un gracias en grande para las personas del mismo Orán que le ayudaron y que gracias a la novela le ha ayudado a perseguir a los fantasmas del pasado y pudieron cerrar una etapa difícil de olvidar.