Entrevista a Josep Seguí autor de Sombras

Hoy en Alquibla tengo el placer de acercaros a un autor que no deja indiferente. Josep Seguí Dolz nos invita a adentrarnos en Sombras, una novela que mezcla locura, humor, crítica social y una galería de personajes tan singulares como inolvidables. En esta conversación, el autor reflexiona con sinceridad —y una pizca de irreverencia— sobre el proceso creativo, la escritura como impulso vital, el papel del esperpento y la literatura como espejo deformado de una realidad muchas veces incomprensible. Nos habla de Raquel, su personaje más querido, de su amor por autores como Poe, Murakami o Borges, y de cómo escribir, para él, es una forma más de respirar. Una entrevista sin filtros, tan libre y provocadora como su literatura. Bienvenidos a las sombras.

¿Cómo nació la idea de Sombras y qué fue lo primero que imaginaste: una escena, un personaje, un tono? Pues no lo tengo muy claro, la verdad, Eva. El primer «golpe» me vino al leer un breve párrafo sobre la sombra de mi admirado Juanjo Millás en El País y que reproduzco en las primeras páginas de la novela. Enseguida me sentí como culpable por algo, no sé qué. Y a partir de ahí vino todo lo demás.

¿Quién es Josep Seguí Dolz cuando no está escribiendo? He estado dando muchas vueltas a esta pregunta y he dudado mogollón entre si inventarme algo que luzca mucho aunque sea mentira o algo que sea la verdad aunque luzca menos. He optado por la última opción. Al fin y al cabo verdad y mentira se confunden con facilidad en nuestro contexto social, cultural y dialógico tan extraño; muchas veces hasta son lo mismo y ya. O sea que no soy nada; no soy nadie.

No es que cuando escribo me rodee una luz a modo de iluminación trascendental o así ni mucho menos y que cuando no escribo, no. Pero bueno, disfruto un montón dialogando con las personas que aparecen en mis novelas. Será eso.

También disfruto mucho con las personas que no salen en mis novelas (así en general, vaya), ¿eh? Por ejemplo, me contradigo y afirmo que sí que sería algo: un alucinante personaje injertado de trozos inexplicables de los Rolling Stones a Antonio Vivaldi, de Jimi Hendrix a Taylor Swift, de Bob Dylan a David Bowie, de Chuck Berry a Lucio Battisti, de Los Beatles a Wolfgang Amadeus Mozart… en fin, esa otra realidad también inventada como todas , ¿qué más da?

¿Qué papel juega el esperpento en la novela? ¿Lo elegiste desde el inicio o surgió durante la escritura? Bueno, trato de que sea la base para dar un algo de verosimilitud a lo que escribo aunque me sale de manera absolutamente digamos que «natural» por decir algo. La misma naturalidad que Ramón María del Valle Inclán o la llamada realidad aportan en sus obras y procesos y que habría que fundamentar revisando al semiólogo ruso Mijail Bajtín cuando habla de la poliglosia y otras formas lingüísticas relacionales. Pero no lo voy a hacer ahora (revisarlo) porque nos tiraríamos semanas enteras y, como siempre, no hay tiempo. El esperpento, en fin, es la vida misma (ver las noticias en la televisión,  Isabel Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, por ejemplo. ¿Hay algo más esperpéntico que esa mujer? Pues eso).

¿Recuerdas cuál fue tu primer acercamiento a la literatura? Pues no recuerdo exactamente el orden, pero fue a través de dos autores que siguen siendo de mis favoritos: Edgar Allan Poe y sus Cuentos y  Bram Stoker y Drácula. Y ya está bien, ya… ahí hay para toda una vida…

¿El humor que manejas en Sombras es muy particular: cómo encuentras el equilibrio entre lo absurdo y lo profundo? No hay. O sea, no hay nada que sea profundo. Como digo más o menos en una de mis novelas (ahora no me acuerdo de cual): «Nos introdujimos tanto en lo profundo que cuando quisimos ya no pudimos salir».

En cambio, lo absurdo, el humor, el carnaval (Bajtín de nuevo), la simulación, lo transreal,… forman parte consustancial del oxígeno que alimenta nuestra sangre y también nuestras almas, sean estas lo que sean.

Sin humor todo sería (más) insoportable, (más) mierda. Creo que hay que reírse; que hay que estar siempre riéndose, sobre todo de nosotras y nosotros mismas/os. Dejemos lo profundo para los curas que de eso dicen que saben mucho. Y si cuando quieren salir no pueden, pues no pasa nada.

¿Cómo describirías tu estilo literario en general? ¿Crees que ha evolucionado con el tiempo? No me atrevo, aparte de decir que es transreal (en mi página web , www.josepseguidolz.info, hay un manifiesto transrealista, por si a alguien le interesa: https://www.josepseguidolz.info/_files/ugd/670a9a_d628f109de4b424c90752b9ff46eac97.pdf).

Y no sé si ha evolucionado con el tiempo ni me importa demasiado. O nada, vaya. Ten en cuenta que hace relativamente poco que empecé a escribir novelas (unos siete años). Ya era mayorcito y tenía colgada a mis espaldas una enooooooorme mochila de experiencias y lecturas. Ser mayorcito para escribir no es malo. Ser jovencito tampoco. Lo único es que ahora todo el mundo dice que lleva escribiendo casi casi desde que estaba en el vientre de su madre y tal. Eso no es ni malo ni bueno, ¿eh? Suele ser solo una mentirijilla perdonable. Todavía no han llorado ni reído bastante (y se nota).

¿Qué representa la locura en esta historia? ¿Es un síntoma, una vía de escape o una forma distinta de ver el mundo? Es el mundo en sí mismo. Si no fuera así, nos volveríamos locos.

¿Qué temas o inquietudes se repiten a lo largo de tus obras? Todas y más: el sexo, el amor, la violencia, el fascismo y barbaridades como esta última, la enorme preocupación por la (in)justicia social, la violencia, la guerra, la corrupción de los jueces y en general del sistema judicial; la del sistema político ya nos la sabemos, la educación y el futuro de los más jóvenes,  el desprecio hacia quienes son diferentes (¿de quién), la organización político-financiera de la iglesia católica (de como violan niños y niñas y roban a quienes menos tienen ya tenemos ingente información). Y más, muchas más, ya te digo.

Sombras está habitada por personajes singulares, incluso grotescos. ¿Hay alguno con el que tengas una conexión especial? Sí: Raquel. Estoy enamorado de ella aunque es mi hija. Bueno, perdón y mejor dicho: es hija de Juan, tal vez mi alter ego en la novela; no estoy seguro ni falta que me hace.

Y ella no es grotesca, ¿eh? Un poco singular, sí.  Es muy guapa y sexualmente, mmmmmmm. Y es súper inteligente, no en vano estudia Filosofía y todo con matrículas de honor. Pero… Bueno, ya se verá al ir conociéndola poco a poco…

¿Qué autores han dejado una huella en tu forma de narrar? ¡Uffffffff! ¿Quieres reventar tu disco duro?

Bueno, citaré unos poquitos, pero me voy a quedar muy corto. Y no estoy seguro de si me han dejado huella; pero sí de que los amo.

A Poe y a Stoker creo que ya los he nombrado. De ahí a los clásicos europeos, sobre todo Dostoievski y los románticos alemanes y centroeuropeos en general. La novela negra clásica norteamericana de mediados del siglo pasado (la actual, especialmente la española, no; es horrible).

Marcel Proust.

Y así, un poco a salto de mata y a la pata coja pues a la contemporaneidad. Mi ídolo actual es el japonés Haruki Murakami. Y de los españoles: Juan José Millás, Javier Marías (DEP), Carlos Ruiz-Zafón (DEP también). El boom latinoamericano casi en su totalidad (¡Cortázar, por supuesto!) y Borges, ¡madre mía! Y muy mucho el chileno Roberto Bolaño (también DEP, ¡joder!); Georges Perec, Stephen King (¡lo adoro!); Paul Auster,;  David Mitchel, Michel Houellebecq, todo el surrealismo y el teatro del absurdo.

¡Ay! Se me olvidaba Kafka. Perdón…

Lo dejo, que como muestra ya valen estos botones. Creo.

¿Te inspiraste en algún autor o corriente literaria para el estilo de esta obra? No especialmente. Excepto los citados y alguno más. O eso espero.

¿Cómo es tu rutina de escritura? ¿Eres disciplinado o más impulsivo? No hay rutina. Soy más bien impulsivo; para nada disciplinado. Aunque cuando me pongo (o sea, todos los días) me pongo. Yo mismo me alucino cuando muchas veces veo que llevo escribiendo ocho o diez horas prácticamente seguidas, ja, ja, ja.

¿Qué fue lo más difícil de escribir en Sombras? ¿Y lo que más disfrutaste? Nada a lo primero. Todo a lo segundo. Perdona que sea tan escueto; pero es que es así, si es que hay algo que sea de alguna manera…

¿Qué importancia tiene el sentido del humor en tu vida y en tu literatura? ¡Totaaaaaaaaaal! Sin sentido del humor estaríamos todas y todos amargadas y amargados, como podemos comprobar que están muchas personas si salimos a la calle y miramos a las caras.

¿Crees que el humor puede ser también una forma de denuncia o crítica social en tu novela? ¡Total también! Aunque hay asuntos que no dan muchas ganas de hacer broma, desde luego. Por ejemplo, el asesinato, los genocidios, especialmente de los niños y niñas, de los habitantes de Gaza o el auge de las ultraderechas y el nazismo en todo el mundo. Eso -y más- me hace llorar todos los días. Ahí no encuentro ningún humor. Ni cuando veo, leo o escucho a Ayuso, Milei, Trump, Mazón, Rajoy, Aznar o los de VOX. Esos me generan arcadas estomacales.

¿Qué otros géneros o formatos te gustaría explorar como escritor? Me encantaría poder escribir poesía. Pero…¡es que no me gusta! No me gusta la poesía en sí y me da miedo escribirla. Seguramente diría más burradas de lo normal (que reconozco que pueden parecer muchas, pero no, no, no,…).

¿Cómo ha reaccionado el público lector ante la mezcla de locura, comedia y crudeza? Pues en general creo que les gusta. Al menos parece que aprecian la enorme distancia con la cantidad de tontas vulgaridades (todas iguales, por cierto) que hay por ahí y a las que, incluso, les regalan grandes premios literarios. No, no voy a decir nombres…

¿Qué papel han tenido las bibliotecas o la lectura en tu formación personal y profesional? Bueno, ese es un capítulo interesante en mi relación con los libros y la lectura. Resulta que soy un fetichista de mil pares de narices. Entonces va y resulta que cuando quiero leer un libro en concreto voy y lo compro; me encanta tenderlo en mi casa para siempre y saber que algún día, cerca mi desaparición, la donaré a algún espacio que le pueda sacar provecho. Así es que, sinceramente, no he sacado mucho provecho a las bibliotecas públicas.

Pero creo que son imprescindibles para construir y elevar la cultura de la población en los casos en que no han podido vivir los libros como yo. No soy rico ni mucho menos, ¿eh? Pero creo que he sabido y sé administrarme con eso, en cuanto a las bibliotecas.

Y por lo que respecta a lectura en sí pues creo que leer mucho es el único camino para atreverse a escribir un par de párrafos que tengan un cierto sentido. Si no hay lectura no hay escritura. Eso lo tengo clarísimo.

Si tuvieras que definir Sombras en una sola frase, ¿cuál sería? «¡NO LEAS ESTE LIBRO! Me sabría muy mal que te llevaras un disgusto al conocer el qué de sus protagonistas. Me sentiría muy culpable.» O algo así.

Bueno, son tres frases, pero estoy seguro de que me perdonarás por eso.

¿Qué significa para ti aparecer en una web de difusión cultural como Alquibla? ¡Ahora sí que revienta el ordenador! Ja, ja, ja. ¡Alquibla es la hostia! Tendrían que haber millones de webs como esta. Es un tremendísimo honor aparecer por aquí. No lo merezco, pero tampoco te voy a decir que no, claro… ¿He sido bastante explícito o quieres que lo sea más?

Ha sido un tremendo placer, Eva. Muchas gracias por todo y espero que la conversación continúe…

Josep

josepseguidolz.info

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