Si en los giros dequeístas se manifiesta un escaso dominio de la lengua, el queísmo supone la debilidad de la sintaxis y desconocimiento de las funciones de los elementos de la oración y de las relaciones que establecen entre sí en el enunciado.

El queísmo consiste en la ausencia de la preposición de, u otra cualquiera, exigida por el verbo o por la construcción, delante de un que completivo o por extensión de un que pronombre relativo. También es mas frecuente en la lengua oral; pero se encuentra, más que el dequeísmo en la lengua escrita.

La cuestión fundamental, acaso el motivo último de muchas dudas, es la existencia de verbos como olvidar que se construyen con la preposición de, solo si se usan como pronominales. En cambio, con otros verbos como alegrarse, la presencia “de” depende de la función del complemento introducido por que, si es una proposición completiva, o bien sin que si es un sintagma nominal ordinario.

Finalmente, en algunos verbos como dudar es posible y perfectamente gramatical la construcción con la preposición de o sin ella. Todo parece reducirse a una cuestión de dominio del léxico: cuando el complemento es una proposición introducida por que, es opcional el uso de la preposición, pero si la proposición se introduce por lo que es necesaria la preposición, y si la proposición se sustituye por un pronombre neutro se prefiere la ausencia de la preposición de.

Se consideran manifestaciones de queísmo la ausencia de la preposición de, u otra cualquier, ante el pronombre relativo que, de distintas funciones gramaticales (ej., convive con personas que no sabe a qué se dedican à convive con personas de que las que no sabe a qué se dedican, el segundo caso sería el correcto).

En algunos casos de este tipo, la confusión entre el pronombre relativo y el complementado que mantiene un pronombre personal pleonástico, con la preposición correspondiente, en el punto de donde procede el pronombre relativo que, lo cual justifica, según algunos especialistas, la atribución de una naturaleza especial a este pronombre español. En otros casos, dado el poco uso oral del pronombre relativo cuyo, se sustituye por el anacoluto que su (queísmo) en una expresión absolutamente rechazable en la lengua escrita (ej., oral: es la región de España que más me identifico con ella ; escrito: es la región de España con la que más me identifico).

Para Andrés Bello, “es digna de notar la elipsis de la preposición antes del relativo, cuando la misma u otra de un valor análogo precede al antecedente: así justifica estos queísmos como expresión analítica de los adverbios relativos donde (en el lugar que, en el lugar en que), cuando (en el momento que, en el momento en que), como (a la manera que, a la manera en que), si (con la condición que, con la condición de que).

En cambio, la Academia, en 1973 sólo considera aceptable, por muy general “el uso de que sin preposición cuando el antecedente expresa circunstancias de tiempo o lugar”. Solo coincide con Bello en aceptar la paráfrasis queísta o de cuando o donde. Pero no parece haber inconveniente en adoptar el punto de vista de Andrés Bello generalizado para todos los adverbios relativos.

Así, resultan perfectamente legítimos los queísmos de expresiones analíticas equivalentes a las expresiones sintéticas, con el adverbio relativo correspondiente.

(información extraída de Cómo se escribe / M Teresa Serafini ; [traducción de Francisco Rodríguez de Lecea ; revisión y adaptación de Santiago Alcoba], 2007)

 

¿En qué consiste el queísmo?
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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