Jesús Zomeño nacido en Alcaráz (Albacete) en 1964, actualmente reside en Elche, Ha sido editor de la colección de poesía “Diarios de Helena” y de la serie de “Laberintos”, junto a otros proyectos editoriales. Ha publicado varios libros de poesía y participado en antologías y revistas poéticas. Desde el años 2008 se centró en los relatos, publicando:  LENGUA AZUL (Editorial Sloper, 2008), CERILLAS MOJADAS (Editorial Denes, 2012), PIEDRAS NEGRAS (Editorial Lengua de Trapo, 2014), DE ESTE PAN Y DE ESTA GUERRA (Editorial Contrabando, 2016), QUERIDO MIEDO (Editorial Sloper, 2016), y GUERRA Y PAN (Editorial Contrabando, 2017). El libro DE ESTE PAN Y DE ESTA GUERRA, fue galardonado con el Premio de la Critica Valenciana 2017. EL CIELO DE KAUNAS (Contrabando, 2018) es su primera novela.

¿Quién es Jesús Zomeño y cuáles son sus sueños? ¿Quién soy? Una persona. Ser escritor es una circunstancia, a veces pasajera, y siempre es solo una parte de uno mismo. Uno no deja de ser persona si escribe o trabaja en la planta de un hospital. La Literatura no me otorga clarividencia ni perdón, no me redime de seguir el curso de mi propia vida. ¿Mis sueños? Cada día cambian, no vivo atormentado con ninguna obsesión.

¿Tuvo claro desde siempre que se quería dedicar a la escritura? Yo vivo de la escritura, pero no como de ella. Esa distinción entre necesidad y superviviencia, señala la esencialidad de la literatura para mí. Escribir me ayuda a reflexionar y moderar los problemas cotidianos. Igual que otros reflexionan escuchando música clásica, yo lo hago cuando escribo, a mi ritmo.

¿Qué nos podría contar de su última novela El cielo de Kaunas? ¿Podria compartir un fragmento con los lectores de Alquibla? Es mi primera novela y está ambientada en Lituania, retrata la desolación de unas personas que han perdido sus referencias tras el derrumbe de la URSS. Citando a Svetlana Alexiévitch: “Todos contábamos con una sola memoria, la memoria del comunismo”. ¿Qué pasa si de pronto te dicen que todo es mentira e inútil insistir en el socialismo soviético? En respuesta a esa pregunta, nace el libro:

“Yuri abre el grifo del fregadero, deja correr el agua, tiene un buen desagüe … Coge un espagueti del plato y lo deja caer. Se retuerce como una serpiente. Le gusta contemplar ese dolor, el espagueti no sabe adónde ir, como una cucaracha atrapada. Es un sentimiento que conoce de sobra, tanto él como Vladik nacieron cuando se estaba hundiendo el imperio soviético y la gente perdía la identidad, ambos fueron fruto del desconcierto. Abre un poco más el grifo y el hilo de pasta desaparece por el sumidero. Coge otro espagueti, lo sujeta de un extremo como si jugara a lanzar personas al abismo. Él no cree en la redención, pero sí cree en la culpa y por eso no le tiene miedo a nada, porque se sabe culpable y piensa que tiene merecido todo lo malo que pueda pasarle. Cuando se hundió el Kursk, su padre le compró un submarino de juguete. Deja caer el espagueti y con él todo el odio que siente… Recuerda que nació en un país sin alma, porque no era esperanza lo que la gente tenía tras la caída de la URSS, sino resignación. Ahora mira al espagueti que sigue ovillado sobre la rejilla del desagüe y lo empuja con el dedo, hace que se filtre entre el remolino de agua. Al final de la Perestroika todos dejaron de ser lo que eran y fue entonces cuando nacieron ellos, los hijos, sin las viejas banderas rojas, y los culparon de no creer en nada. Yuri deja caer todo el contenido de su plato en el fregadero, simplemente porque se pregunta cuánto tiempo va a tardar en atascarse”

¿Cuánto tiempo invierte en escribir sus libros? ¿Tiene algún momento del día en que se inspire más? Cuando escribía relatos, siempre trabajaba con varios cuentos a la vez. Ahora que estoy centrado en las novelas, también escribo varias a la vez. Me he marcado dedicarle tres años a cada novela: doce meses para escribirla, doce para corregirla y doce meses más para repasarla y pulirla. Me levanto a las seis, para escribir hasta las ocho, es la mejor hora.

Antes de ponerse a escribir, ¿redacta un borrador, o empieza a escribir directamente? Escribo directamente. Si empiezo una idea o una imagen, tengo que escribirla porque al final ya he olvidado como empezaba. Por eso trabajo con mi ordenador pero anoto constantemente en mi libreta y en papeles sueltos, hasta en mensajes de wasap. A veces se me ocurre una cosa y si no tengo dónde anotarla, le mando un wasap a un amigo con el texto. No te asustes si un día recibes una wasap una frase enigmática, sin sentido.

¿Con qué dificultades se encuentra un escritor a la hora de publicar su novela? Todas, pero son las mismas que si pretendes ir al Casino y ganar una partida de póker. Te influye la suerte, la calidad de las cartas con las que juegas y la habilidad. No hay que menospreciar la calidad narrativa, es muy importante, aunque no sea el único condicionante. El azar también influye y las decisiones que tomes. Dicho lo anterior, volvemos al principio: publicar es como ir al Casino y pretender que tienes derecho a ganar al póker. A veces el escritor aficionado olvida que el croupier es un profesional que trabaja para ganar dinero. Al croupier no le deslumbra que ese día vayas con tu corbata de la suerte. Pero hazme otra pregunta: ¿el escritor debe intentar publicar? Sí, siempre hay que seguir intentándolo, dosificar las fuerzas y replantearse continuamente la estrategia. La felicidad no siempre depende del éxito.

¿Tiene presencia en redes sociales?¿Cree que perjudican o benefician la cultura? Ni perjudican ni benefician en sí, a unos los ayuda y a otros los perjudica. La redes sociales difunden, trasladan noticias y opiniones, pero no hay control de lo que se mueve, ni quién lo mueve. Puedes agrupar a un público fiel a través de Facebook o que un idiota te machaque (por ejemplo con una frase fuera de contexto) y genere una ola en tu contra. De todas formas, ese mundo virtual tiene bastante de falso, es habitual que alguien publique un libro y reúna trescientos “me gusta” en Facebook pero que luego no venda ninguno. Recuerdo una persona reconocida que cuando le pasó eso mismo, empezó a llamar falsos a todos sus seguidores porque solo había vendido tres libros. Hay autores que, de otro lado, viven al margen de las redes sociales y les va mejor.

¿Qué es para usted la literatura? Un modo de madurar. A mi edad, he perdido mucha soberbia juvenil, me queda la tranquilidad de reflexionar mientras escribo o leo. También me divierte, aunque no sirva para nada.

¿Piensa seguir escribiendo?¿Tiene proyectos en marcha? No me queda otro remedio que seguir, salvo aprenda a jugar al fútbol. Como ya he dicho, siempre escribo varios libros a la vez.

¿Qué piensa de Alquibla www.alquiblaweb.com como página de difusión de la cultura? Ha sabido seleccionar un público fiel y tiene un contenido interesante, práctico y entretenido.

Entrevista a Jesús Zomeño escritor de la novela El cielo de Kaunas
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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