Miguel de Cervantes estuvo en dos ocasiones en Valladolid. La primera siendo niño, la segunda ya de adulto, atraído por la presencia entonces de la Corte en la ciudad. En 1601 la corte de Felipe II se estableció en Valladolid. A finales de agosto o principios de septiembre de 1604, el escritor se encuentra en Valladolid con sus hermanas Andrea y Magdalena, su hija Isabel, su sobrina Constanza y la criada María de Ceballos. Vivian en el cuarto principal de una vivienda ubicada en el Rastro Nuevo de los Carneros, extramuros de la ciudad y muy próxima al cauce del río Esgueva.

Durante esta segunda estancia Cervantes coincidió, entre otros, con los escritores Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Luis Vélez de Guevara y Tomás Gracián Dantisco.

Cervantes residía en Valladolid el 7 de noviembre de 1605 y no se sabe exactamente cuando abandonó la ciudad. El 4 de marzo de 1606 los Reyes volvieron a Madrid y al poco tiempo se trasladó el resto de la Corte,

El proceso Ezpeleta

En la noche del 27 de junio de 1605, cerca de la vivienda de Cervantes, don Gaspar de Ezpeleta, caballero de la Orden de Santiago, fue gravemente herido por un desconocido embozado y murió dos días más tarde.

De las averiguaciones procesales que se siguieron se desprende que dicho caballero pidió auxilio y fue socorrido por los vecinos, entre ellos Miguel de Cervantes. Se tomaron testimonios en el lugar de los hechos y el alcalde Vilarroel detuvo a varios de ellos, entre los que se encontraba el escritor. Una vez esclarecido el suceso, Cervantes y el resto de los vecinos fueron puestos en libertad. Este proceso, con toda la documentación relativa a los testimonios, quedó archivado y a finales del siglo XVIII fue descubierto, facilitando más tarde la identificación de la casa en la que había vivido el escritor, sede del actual museo.

Valladolid en su obra

Los primeros meses de su estancia en Valladolid los pasaría escribiendo el prólogo, las poesías preliminares y la relación para solicitar el privilegio real para imprimir su novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Aquí iniciaría los trámites para la publicación del Quijote, recurriendo al librero alcaíno Francisco de Robles, establecido en 1601 en la calle de la Librería de Valladolid para que lo presentara al Consejo de Castilla y obtuviese privilegio de impresión.

La tasa para la venta del libro se extendió en Valladolid el 20 de diciembre de 1604, poniéndose a la venta en nuestra ciudad a finales de ese mismo año o en enero de 1605. Unos meses después, Cervantes concedió poder a su librero para que imprimiera y vendiera El Quijote en los reinos de Portugal, Aragón, Valencia y Cataluña. Decidió dedicar el libro a don Diego de Zúñiga y Sotomayor, duque de Béjar, que residía en Valladolid en 1602.

Además, se cree que pudo escribir alguna de sus Novelas ejemplares en el tiempo que vivió en Valladolid, pues son numerosas las referencias a distintas circunstancias históricas acaecidas en la ciudad y a parajes de la urbe y de sus alrededores.

Así redactó, por ejemplo, una relación de las ceremonias del bautizo que recibió en el templo conventual de San Pablo el príncipe heredero Felipe IV y seguramente, presenciaría los festejos que se sucedieron por aquellos mismos años en la ciudad con la llegada de embajadores y príncipes extranjeros, al igual que la salida de la reina doña Margarita acompañada de su esposo el rey Felipe III para visitar el templo de Nuestra Señora de San Lorenzo tras dar a luz al heredero

Historia del Museo

La casa en la que habitó Cervantes siguió siendo vivienda de inquilinos varios siglos después. A finales del siglo XVIII aparece el expediente del proceso Ezpeleta y se publica un extracto en la esmerada edición de El Quijote de Juan Antonio Pellicer (1797); su posterior reproducción en 1819 por el historiador cervantista Martín Fernández Navarrete, suscitó la curiosidad por averiguar si todavía existía la casa donde había vivido Cervantes.

Aunque la documentación referente al proceso Ezpeleta no fue entonces suficiente para fijar con seguridad la casa donde habitó el escritor, en 1862 el profesor don José Santa María de Hita fue capaz de localizar la ubicación exacta de las estancias habitadas por Cervantes, que fue aceptada oficialmente por todas las instituciones culturales y políticas el 23 de junio de 1866 colocando una placa recordatoria que aun hoy se conserva.

En 1875 con motivo del 275 aniversario de la publicación del Quijote, el anticuario y cervantista don Mariano Pérez Mínguez decora la casa con muebles y objetos antiguos. Se establece oficialmente la sociedad artística y literaria “La Casa de Cervantes” que permanece hasta 1881.

En 1912 el rey Alfonso XIII, teniendo noticia del estado de ruina en que se encontraba la casa a instancias del marqués de la Vega Inclán, Comisario Regio de Turismo, compra la vivienda que fue de Miguel de Cervantes. El Marqués solicitando ayuda a su amigo Mr. Archer Huntington Presidente y Fundador de The Hispanic Society of America, consigue que éste compre las dos casas colindantes, con la intención de crear en ellas una biblioteca y un museo. La Biblioteca Popular y la Cervantina abre sus puertas el 23 de abril de 1916, coincidiendo con el III centenario de la muerte de Cervantes. En 1948 se abre el Museo monográfico dedicado al escritor.

Biblioteca

Este espacio en la época de Cervantes era una tabernilla. En 1916, tras una restauración se convierte en biblioteca. Los primeros libros que formaron parte de la misma fueron donaciones del marqués de la Vega Inclán y ediciones duplicadas de la Biblioteca Nacional. Este conjunto fue abierto al público como Biblioteca Popular y Cervantina y tuvo una gran actividad hasta 1936, siendo la biblioteca más visitada de toda España tras la Biblioteca Nacional. Permanecía abierta hasta las nueve de la noche para facilitar y hacer accesible su uso a los trabajadores, imponiéndose un carácter didáctico y divulgativo.

Patio interior

Desde la biblioteca se puede acceder al patio interior. Originariamente sería el espacio en el que se encontraban las cocinas de las casas. También disponía de un pozo, situado aproximadamente en la zona en la que hoy se encuentra la fuente (desplazado posteriormente a su ubicación actual).

Cuando el rey Alfonso XIII compra la casa para instalar en ella el museo, en este espacio se encontraban los corrales individuales de cada una de las casas. En 1918 se llevó a cabo el desmonte de uno de los muros originales de separación de los patios interiores de la vivienda en el que en 1925 se coloca la Portada del Monasterio jerónimo de Nuestra Señora de la Armedilla, dándole el aspecto actual. Las ruinas de este monasterio jerónimo se conservan en la localidad de Cogeces del Monte (Valladolid).

Busto de Archer Milton Huntington

El multimillonario estadounidense Archer M. Huntington, era un gran hispanófilo dedicado al conocimiento de la cultura española. En 1904 fundó The Hispanic Society of America en Nueva York con la intención de que fuera una “biblioteca pública, museo e institución docente”, que impulsara el conocimiento de la cultura española en Estados Unidos. Su amistad con el marques de la Vega Inclán y su amor hacia nuestro país le impulsaron a colaborar en la creación de una institución cultural en la Casa de Cervantes. En 1912 adquirió las dos casas contiguas a las del escritor para posteriormente donarlas al Estado y contribuir de esta forma al proyecto de instalación de una biblioteca y un museo, dedicados a Cervantes y a la lengua española.

El recibimiento

Entramos a las habitaciones de Cervantes por una sala que en vida del escritor tendría visitas sobre el ramal sur del rio Esqueva, hoy cubierto. Sin duda esta habitación de entrada, la más luminosa de la casa, se usaría para recibir las visitas y trabajar.

Como los restantes cuartos está solado con baldosa de barro y techado por viguería de madera vista alternando con bovedilla, y las superficies de sus paredes están encaladas, como era lo habitual en la época.

Se ha colocado aquí el Retrato de Felipe II, que recuerda al monarca que trasladó la Corte a Valladolid y bajo cuyo reinado se publicó El Quijote; un San Miguel que evoca el nombre del santo que se le dio al escritor. Un libro sobre la genealogía del apellido Cervantes y otro con la Topographia e Historia General de Argel, publicada en 1612, a nombre de Fray Diego de Haedo, y que hace mención directa al cautiverio del escritor y además el facsímil de una carta en la que Cervantes da cuenta de su trabajo como recaudador de impuestos.

El estrado

Desde unas puertas de diseño mudéjar se contempla el estrado, la habitación destinada a las mujeres donde desarrollaban las labores de costura o recibían las visitas de personas amigas. Por ello se aprecian ciertas comodidades: la tarima, la alfombra o el esterado, que aislaban el suelo del frio. Esta costumbre de origen musulmán perduró en algunos lugares de España hasta el siglo XIX.

La estancia estaba decorada siguiendo la información facilitada por los documentos familiares: alfombra y tapiz, arcón, espejo azogado, cuadros religiosos, escritorios, etc.

Originalmente este espacio se hallaba incluido en la vivienda de doña Luisa de Montoya y por la luminosidad que ofrece la estancia, sería la sala de trabajo de la familia.

Aposento

En esta habitación se ha reconstruido el despacho de Miguel de Cervantes, con una mesa y sillón de trabajo, utensilios de escritura (tintero, plumas y salvadera), lamparilla de aceite para iluminar la estancia, una papelera o escritorio en cuyos cajones podría guardar sus escritos y el brasero de cobre con su caja circular y su atizador para hacer lumbre y calentar la estancia.

Hay que recordar que durante su estancia en Valladolid el escritor redactó el prólogo, las poesías preliminares y la relación para solicitar el privilegio real para imprimir su novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Siendo también en esta ciudad donde se establecería la tasa para su publicación, firmada por el escribano Juan Gallo de Andrada el 20 de diciembre de 1604.

Alcobilla

Esta habitación, debido a su emplazamiento y a la escasez de luz natural se utilizaría como espacio para el descanso. La cortina daría cierta privacidad y deja el espacio justo para colocar una pequeña cama al lado de la cual encontramos una silla que se utilizaría para depositar la ropa.

Para ambientar este espacio se ha seleccionado una figura de Cristo crucificado. Es un Cristo muerto, con la señal de la herida de lanza en el costado, tres clavos repartidos entre las palmas de las manos y uno atravesando los dos pies. La elección de este objeto para la ambientación de la alcobilla de la casa de Cervantes se ha hecho de acuerdo con la existencia de un crucifijo en el testamento de doña Isabel de Cervantes, hija del escritor (4/6/1631). Esta pieza sirve para evocar el crucifijo original que en su día poseyó doña Isabel.

Comedor y cocina

El comedor es una recreación de la vivienda cervantina efectuada en 1948, ya que con anterioridad esta estancia se encontraba dividida por un tabique, dando origen a dos pequeños habitáculos que se utilizarían como dormitorios. Las limitadas dimensiones de la vivienda y el número de individuos que componían la familia obligan a pensar en un cierto hacinamiento o en una forma de vida basada en la diaria improvisación de montar y desmontar la casa durante la noche. En pisos pequeños como éste acaso se utilizaron braseros o anafres para cocinar, siendo la cocina actual una recreación más propia de las grandes casas de la época

El comedor

La estancia dispone de una mesa comedor montada con su servicio de salero y especiero talaverano y de sillas alrededor. Esta estancia se ha podido recrear gracias a las pinturas de bodegones y escenas de comedor de la época. Frente a la mesa, podemos ver una alacena de madera de nogal, cuya compartimentación estructural en dos puertas, conservando el cuerpo superior abierto con celosías, se asienta en el siglo XVII, como una característica propia de este siglo. Ejerce la importante tarea de la aireación del interior.

La cocina

La cocina de la casa es una interpretación hecha en 1948, momento en que se fabricó la gran campana de la chimenea, así como los bancos corridos. En los planos de 1912 no aparece dibujada ninguna chimenea ni otro conducto vertical de salida de humos, por lo que se supone que existían cocinas en el corral, donde prepararían las comidas, que una vez elaboradas subirían a la casa en recipientes de barro o metal para conservar el calor

Fachada

Si nos situamos frente al edificio con los jardines a nuestra espalda, podemos observar la estructura que conforma el conjunto de las casas, con cuatro puertas que se correspondían con los números 10,12,14 y 16 de derecha a izquierda de la antigua calle del Rastro Nuevo de los Carneros. Estos cuatro edificios y uno más, fueron obra del arquitecto Juan de las Navas y estaban terminados en 1601

Placa conmemorativa

Junto a la puerta de acceso a la vivienda de Miguel de Cervantes se colocó una placa conmemorativa, que aun hoy podemos ver, donde se indica que fue esa la vivienda en la que residió el escritor. Representa la cabeza de perfil y engolada de Cervantes rodeada de los atributos del soldado (espada) y escritor (tintero, plumas y libro con la inscripción “Don Quijote”). Fue instalada en 1866 cuando el Ayuntamiento de la ciudad reconoció oficialmente que ésta era la vivienda del escritor, tras las investigaciones realizadas por el cervantista José Santa María de Hita y el descubrimiento de la documentación relativa al proceso Ezpeleta

Busto del marqués de la Vega Inclán

En la pared del fondo nos encontramos con un busto de Don Benigno Vega, marqués de la Vega Inclán. Nacido en Valladolid, impulsará la creación de la Comisaria Regia de Turismo, un organismo que pretendía hacer más firme y evidente el compromiso de la Corona y el Estado con el desarrollo turístico.

Dedicará un apartado especial a la creación de museos y centros culturales, como la Casa-Museo del Greco, el Museo Casa de Cervantes o el Museo Romántico, todos ellos unidos posteriormente por el Patronato de las Fundaciones Vega-Inclán, creado tras la muerte del Marqués en 1942 y la donación al Estado de la totalidad de sus Fundaciones.

El Marqués fija en ella los criterios metodológicos y el modelo de museo ambientalista. Consigue contar con el respaldo institucional y económico del Rey, que, en el caso concreto del Museo Casa de Cervantes, aportará de su bolsillo el importe de la compra de la casa del nº 14 convirtiéndose él mismo en mecenas, asignando la cantidad necesaria para su funcionamiento a partir de 1915, y nombrando al Marqués como su delegado-patrono, que se ocupará directamente de gestionar la institución.

(informaci9on extraída de Guía para la visita. Museo Casa de Cervantes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte)

Cervantes en Valladolid
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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