La sorpresa llega de la mano de Fàtima Beltrán Curto con su recién novela publicada Canción bajo el agua. Para ser sincera, al ver de primera vista el libro no me llamó mucho la atención la trama, la portada, etc. pero mi opinión cambió rápidamente cuando me dispuse a empezar a leer y sentirme atrapada en él sin poder soltarlo hasta el final. Publicada bajo el sello de Espasa Editorial contiene 280 páginas.

Me parece extraordinario cuando un escritor juega con sus capítulos y lo hace con tal destreza que en los capítulos pares te habla de una historia y en los impares de otra totalmente diferente. Y eso es lo que vamos a leer en Canción bajo el agua, pero no solo eso sino que cada capítulo tiene un mes y un año de ubicación y que te da la sensación de que como empieza el libro es como va a terminar, como esas películas que empiezan por el final…esa es la sensación que me dio a mí. Además escrito con una destreza literaria para ser su primer libro, propio de un escritor consolidado.

La novela va dedicada a Ramón Curto Rius, y de nuevo tengo que realizar hincapié en este aspecto porque me encanta que los propios escritores tengan ese apartado para dedicar su recién nacimiento a las personas que más quieren.

También he de deciros que al ir leyendo la novela tuve que ir apuntándome los personajes que aparecen en la novela, porque no son pocos, y cada uno tiene algo que nos va a enseñar. Y sí hay momentos que tienes que parar y ubicarte para saber si te están hablando de la historia de Teo o la de Eladio. No estamos en una época fácil porque estamos en la guerra y es llamativo como nos lo describe Fátima en escenarios como el campo de batalla o en sus descripciones sobre el ruido de la guerra y las ciudades devastadas. Y con la afirmación de que en la guerra todo vale. También conocemos la sociedad y el juego de poder.

Empezamos a leer en mayo de 1939, pero al rato nos transportamos a 1935 y así para delante y para detrás. Su primer capítulo se llama El camino de regreso, y en él empezamos a conocer a los primeros que empiezan a parecer en escena. Estamos ante un Eladio Ferlosio, en el que podemos ver a un personaje cansado, me dio la impresión que era una escena como que retrataba el último capítulo de su vida. Él vuelve a su origen, a Uldielbo y es el fantasma de Teodoro Sacristán quien le acompaña. Quedaros con esos nombres porque voy a hablar de ellos a lo largo de la reseña. Los padres de Eladio se llaman Laureano y Agripina. Eladio tiene que agradecer mucho a Eleonora por lo que le ha enseñado.

De Teo podríamos decir (que es como nos lo describe su autora) que es un mozalbete bajito que pertenece a una fecunda y creyente familia de labradores de la tierra de Levante.  Su madre Doña Virtudes Escrivá también es un personaje importante porque va a ser la sufridora de esta historia. Es un personaje que ha sido educado de una manera y quiere que su hijo siga los pasos al servicio de Dios, pero su hijo lo que quiere es dedicarse al arte. Él reside en Catasset y su vocación es ser pintor. Teo es una persona que tiene las ideas muy claras y que no quiere seguir el camino que quiere su madre para él y eso le va a llevar a momentos tensos a lo largo de la novela. Su padre es Venancio Sacristán y sus hermanos, Marcos, Juan,  Lucas y   Mateo que ya voló de su casa hace tiempo.

“Las cosas siempre es mejor saberlas de antemano, a que te cojan desprevenido”

Otro de los personajes de los que nos va a marcar es Eleonora Cardenal, amiga de la hermana de Eladio. Para él, fue una persona muy importante en su vida, pero hace tiempo que no sabe de ella. Eleonora se nos presenta como un personaje que lee mucho, que incluso se lee los libros tres o cuatro veces del aburrimiento, ella ha sufrido la guerra en sus propias carnes, pero no por ella la convierte en un personaje cruel. Y de la mano de Eleonora una biblioteca. Hasta aquí fijaros los personajes que tenemos ya en danza y aun no hemos salido del primer capítulo y seguro que aun se me olvida alguno.

Mateo Sacristán es el hermano mayor de Teo y sí que tengo que hacer hincapié en los rasgos físicos de los cinco hermanos porque se parecen mucho entre ellos. Es una parte que me ha gustado de Fátima a la hora de escribir de sus personajes, que los describe con tal detalle que casi te puedes hacer una idea de cómo son. Mateo es una persona responsable y trabajadora que abandonará la casa para dedicarse a trabajar en un teatro itinerante llamado La Barraca. Y a su lado Pilar Manrique una apasionada del mundo de la escena y la interpretación, de la que Mateo se enamora. Pilar la podríamos definir como una persona con mucha naturalidad  y desparpajo.

Cipriano Valcárcel es el ingeniero y de nuevo volvemos a las descripciones en el que Fátima nos los detalla como un tipejo feucho y algo mayor.

Pero hay algo bonito de la guerra y es que los personajes extraen de su interior los sentimientos que tienen escondidos y eso lo podemos ver a través del personaje de Eladio.

Y aquí hago una pausa. Si hay que destacar algo del paso de Teo por el encierro monacal es lo que le enseñaron en cuanto al dominio de las palabras y el arte de la escritura. Es muy bonito ese guiño que realiza Fátima Beltrán en cuanto a su importancia. Está muy presente además a lo largo de toda la novela. Y también de la importancia del teatro de la mano de Mateo y Pilar. Se nombra en la novela la obra de Lope de Vega, Fuenteovejuna.

De mano de Mateo vamos a leer a lo largo de toda la novela, una serie de cartas que me han llenado el corazón, la ternura y la protección es lo que podemos extraer de ellas. Son cartas que Mateo dirige a su hermano y rompen quizá con la estructura de la novela para dar lugar al sentimentalismo y a la ayuda que su hermano quiere ofrecer a Teo. Sus palabras están llenas de cariño para su hermano, él le apoya y le propone un cambio de aires y que se vaya con él y con su cuñada que le están esperando con los brazos abiertos.

Al ir hablando con la escritora y compartiendo los momentos de la novela  me comentó que con el capítulo nueve disfrutó mucho y sé que vosotros también lo haréis. Solo os digo un nombre Torcuato Nicanor y un ave. Si lo leéis descubriréis quién es.

La muestra del arte se nos refleja en todo momento de la mano de Teo, él ama los colores, y se le encomienda la misión de retocar los frescos de la capilla. La pasión que siente él por la pintura y por el arte, se nos retrata a lo largo de la novela y lo vemos pintando de manera bucólica mirando el paisaje y con un carboncillo entre sus dedos. Teo está bendecido con su talento y tiene que sufrir por parte de sus hermanos y su familia, el arte profano, definido por ellos, como lo mal visto.

Y si hay a algo que me ha recordado el libro es a la película Big Fish, por la similitud con los peces y lo descubriréis a través de  la portada y del contenido de la novela con alguna frase que os hará reflexionar.

La novela sabemos que fue terminada en Barcelona el día 10 de mayo día de San Juan de Ávila y que fue escrita durante el confinamiento

Mi más sincera Enhorabuena a Fátima.

Reseña de la novela Canción bajo el agua de Fàtima Beltrán
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Editado en Alicante por Eva María Galán Sempere
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